Cada cierto tiempo en las redes sociales se imponen ciertas tendencias, ya sean memes o conceptos que los usuarios se animan a compartir. En este último tiempo estas plataformas han estado inundadas de los emojis de banderas, siendo denominadas por su nombre en inglés como “red flags”, las cuales son utilizadas como objeto bromas en las redes, no obstante, tienen un trasfondo bastante importante.
Las red flag “son señales de alerta que nos advierten de una situación que podría significar un peligro en el contexto de las relaciones interpersonales”, comenta a #EsHoy la psicóloga clínica, Catalina Sepulveda.
Por su parte, la psicóloga feminista, Andrea Rojas, agrega que “podemos dividirlo en 2 tipos: una señal de maltrato psicológico, como también ciertos puntos innegociables de lo que uno espera de la otra persona o no, al iniciar un vínculo sexoafectivo”.
El término en cuestión, generalmente, “hace referencia a parejas o posibles parejas, pero se expande a todo tipo de interacciones, como amistades o familiares, aunque lo que tienen en común es que muchas veces comienzan como detalles sutiles que con el tiempo pueden provocar daño psicológico y/o físico en la otra persona o en su entorno”, comenta Sepúlveda.
¿Cómo identificarlas?
Es importante recordar que hay señales que, a nivel general, significan un riesgo en cualquier tipo de relación, tales como, conducta agresiva, necesidad de control, etcétera. También hay otras que pueden ser más subjetivas, dependiendo del significado que tenga para la persona según su historia de vida, por ejemplo, sus experiencias y el contexto en el que aparecen, porque todos somos diferentes.
En este contexto, Catalina Sepulveda, fundadora del sitio especializado psicologíacompartida.com, plantea que “el elemento principal para identificar una red flag son nuestras emociones y valores. Si un determinado comportamiento, gesto o comentario de la otra persona nos provoca rechazo o nos hace sentir incómodos, tristes, enojados o asustados, entonces debemos saber que debemos activar la alerta.
Por eso, la especialista insiste en que “cada vez se hace más necesario desarrollar nuestra consciencia emocional, es decir, la capacidad para identificar, comprender y validar (hacer caso) a las emociones que experimentamos”.
¿Cómo enfrentar estas señales cuando ya se ha iniciado una relación?
Comúnmente en las relaciones amorosas hay señales que aparecen o que se hacen reconocibles cuando ésta ya ha iniciado o lleva un tiempo, las cuales se enfrentarán según su significado e intensidad (o gravedad).
“Cuando comenzamos un vínculo sexo-afectivo pasamos por una etapa de enamoramiento, donde idealizamos a la otra persona y podemos pasar por alto estas alertas”, explica Andrea Rojas, activista de la red feminista de Chañaral.
Igualmente, Rojas recuerda la importancia de la psicoterapia, “siempre será una de las mejores formas, que una/un profesional nos acompañe en este proceso de redescubrimiento de la otra persona y cuáles son nuestros propios límites innegociables”.
La comunicación deberá ser la base de cualquier vínculo, negociar aquellos puntos que son para mí o para la otra persona una bandera roja, esto será esencial para determinar si seguir adelante en la relación.
Caras vemos, salud mental no sabemos
“Las mujeres somos las más propensas a la violencia psicológica o abuso emocional en una relación, puesto que es a nosotras a quienes más se nos vende el amor romántico como un sistema normativo de cómo se debe amar y mantener un vínculo sexo-afectivo”, declara Andrea.
La violencia de género no sólo se materializa en moratones y cicatrices, pues detrás de esas heridas visibles, existe una forma de ejercer control y de herir a la pareja que pasa desapercibida: el maltrato psicológico.
“Somos seres afectivos, necesitamos establecer vínculos con otros para desarrollarnos y nuestra salud mental (y también física) depende de la calidad de esas relaciones. La calidad afectiva de una relación también se mide por la presencia/ausencia de estas señales”, indica Catalina.
Rojas afirma que “la violencia psicológica en una relación atenta contra la estabilidad emocional y la dignidad psíquica, que nos puede llevar al aislamiento social, desvalorización, autoestima negativa y más. Romper el círculo de la violencia es complejo por esto es sumamente importante detectarlas a tiempo”.
“La mayoría de las veces no basta el ‘amiga date cuenta’, las relaciones violentas tienen aspectos más profundos e íntimos de la psiquis de una persona por lo que es necesaria la intervención de una/un profesional”, sugiere Andrea.
Finalmente, Sepulveda concluye que “es fundamental tomarnos el tiempo necesario para conocer a las personas, antes de establecer algo formal. Y si las señales aparecen después, es clave tomar conciencia de ellas y no invalidarlas”.
Por años nos han enseñado que estábamos incompletos hasta que encontrábamos a nuestra “media naranja”, que si no tenemos un amor antes de cierta edad “se nos va a ir el tren”, que lo mejor es casarnos y tener hijos, que “el amor todo lo puede”, que “el/la que te quiere, te aporrea” y muchos otros mensajes que atentan contra nuestras libertades y en definitiva contra las relaciones afectivas saludables y que dañan la salud mental.