Un 22 de mayo, pero de 1960, un violento sismo se percibió en gran parte del #Chile, alcanzando una magnitud de 9.5 en escala Richter. El megaterremoto de #Valdivia es el evento sísmico más potente registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad.
El sismo, que se prolongó por 10 minutos aproximadamente, devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, vale decir, más de 400.000 kilómetros cuadrados. Además, fue acompañado por un tsunami que provocó una sucesión de enormes olas que arrasaron con las ciudades costeras, pero las ondas también llegaron al otro lado del planeta.
De acuerdo al Centro Sismológico Nacional (CSN), la ruptura extendió un segmento de cerca de 1.000 kilómetros de longitud de la interfaz de la subducción chilena (placas de Nazca-Sudamericana) con un deslizamiento promedio de 20 metros.
Según señala un artículo de BBC Mundo, en Valdivia el terreno se hundió 2,7 metros. Mientras que en los alrededores de la ciudad varios ríos cambiaron su cauce, algunas llanuras se convirtieron en humedales y se perdieron miles de hectáreas de campos de cultivos y pastoreo.
El geólogo Daniel Melnick, director de Núcleo Milenio Cyclo, señaló al citado medio que “todavía en los alrededores de Valdivia se ven postes de telégrafo en medio del río, líneas de cerco, muelles y caminos sumergidos”.
Con el tiempo, la formación de los humedales también atrajo plantas y especies de aves que antes no se veían en la región.
Por otro lado, el académico contó que “en Maullín y Chiloé el hundimiento también fue brutal. En otros lugares el terreno no se hundió, sino que se elevó. La isla Guafo, por ejemplo, se levantó cuatro metros; la isla Guamblin se alzó 5,6 metros.
Tras el terremoto, el área de Chile se expandió el equivalente a 1.500 campos de fútbol.