Reírse juntos no solo es divertido; es un arte que puede transformar las relaciones. Desde un comentario chistoso en una primera cita hasta esos memes que llegan justo cuando el día se pone pesado, el humor actúa como un puente que une corazones. No es casualidad: los especialistas aseguran que el sentido del humor es uno de los pilares más importantes en una relación de pareja, capaz de fortalecer vínculos, aliviar tensiones y hasta prevenir conflictos.

Un lenguaje secreto de complicidad

“El tipo de sentido del humor que alguien posee dice bastante acerca de cómo es esa persona, cómo visualiza los sucesos, qué elementos le parecen divertidos y cómo percibe la vida”, explica a La Tercera Daniela Rocha, psicóloga y Coordinadora de la Unidad de Salud Mental de la UTEM.

Compartir un humor parecido es más que una coincidencia agradable; es un ingrediente clave para la conexión emocional. Según Rocha, una pareja con un humor afín logra una complicidad que facilita la comunicación y el entendimiento mutuo, creando un espacio seguro para disfrutar y afrontar juntos las dificultades.

Las hormonas de la felicidad, al servicio del amor

Reír no solo es placentero, también es químico. Cuando reímos liberamos diversos neurotransmisores que «se relacionan con la sensación de bienestar, como, por ejemplo: dopamina, serotonina y endorfina, que son conocidas como las hormonas de la felicidad”, comenta Rocha al medio citado.

Por su parte, María Clara Zárate, psicóloga del área de salud mental de la UTEM, va más allá: “El humor provoca un estado de placer muy similar al orgasmo, actuando las mismas hormonas. Promueve que en la pareja el enamoramiento aumenta en la medida que la diversión y el sentido del humor los envuelva, hay una búsqueda permanente de dicho estado”.

Humor, una herramienta para resolver conflictos

El humor también es un recurso protector frente a las tensiones diarias y los conflictos. “Alivia tensiones, baja los niveles de ansiedad y hasta relaja la musculatura”, comenta Susana Romero, magíster en psicología clínica y experta en terapia de pareja.

Sin embargo, no todo tipo de humor es positivo. Romero advierte que ciertos estilos de humor, como los chistes ofensivos o discriminatorios, pueden ser una señal de alerta. “A través del humor, la persona muestra rasgos propios, qué y cómo piensa. Como dice el dicho, entre broma y broma, la verdad se asoma”.

¿Y si no hay humor en común?

La ausencia de un humor compartido puede generar problemas a largo plazo. “Cuando no hay un código humorístico común, es probable que las diferencias se marquen más, lo que dificulta resolver conflictos desde una mirada más positiva”, señala Zárate.

Por su parte, Rocha concluye que el humor es mucho más que un pasatiempo: “Bajo los códigos humorísticos subyacen perspectivas de vida, valores y formas de disfrute. Si bien es posible compensar estas diferencias con otros elementos, la relación podría ser menos fluida, con mayor probabilidad de malentendidos y conflictos”.

El humor es una ventana a la esencia de las personas y una herramienta poderosa para construir relaciones significativas. En tiempos donde el estrés y las tensiones parecen inevitables, aprender a reír juntos puede ser la clave para mantener viva la chispa del amor. Porque, como dicen los expertos, el humor no solo alivia el peso del día a día, también une corazones.