Por Paula Gómez

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido que superar varios obstáculos en el ámbito laboral, desde los “suelos pegajosos”, que es todo aquello que las ata a las tareas domésticas, hasta los “techos de cristal”, término utilizado para referirse a los límites invisibles que les impide seguir ascendiendo en la esfera laboral y pública. Actualmente existe un concepto menos conocido que ejemplifica otro de los inconvenientes que puede enfrentar una mujer a la hora de trabajar, el “acantilado de cristal”.

El acantilado de cristal, también conocido como “glass cliffs” en inglés, explica cómo las mujeres tienen más posibilidades de liderar proyectos cuando las circunstancias son adversas, cuando la organización se encuentra en medio de una crisis o en ocasiones en las que hay más probabilidad de fracasar.

Michele K. Ryan, investigadora de la Universidad de Exeter, fue la primera en acuñar este término en el 2004. Luego de leer un artículo del diario The Times, que afirmaba que las empresas con más mujeres en los consejos, tendían a tener peor funcionamiento. Decidió analizar los datos del estudio realizado, llegando a una conclusión diferente, pues eran justamente las circunstancias adversas de las empresas lo que provocaba que se nombraran a más mujeres en puesto de liderazgo. 

Ryan, junto a su compañero Alexander Haslam, explicaron que este fenómeno estaba estrechamente relacionado a los estereotipos de género y que su motivación es multifactorial. Debido a que a la mujer se le atribuyen características como la empatía, la bondad y la afectividad, también se les asocia a una mejor capacidad de liderar en “tiempos difíciles”. Otro caso, es cuando las empresas, para limpiar su imagen en medio de la crisis, colocan a mujeres en puestos visibles para dar un mensaje de cambio a accionistas o clientes. Por otra parte, dentro del estudio también se explica “los hombres se protegen dentro de su endogrupo, evitando posiciones de liderazgo difíciles o precarias”.

Liderazgo femenino en Chile

En Chile, según Indicadores de género en las empresas en Chile 2021, que estudió  447 organizaciones, la participación femenina en gerencias de primera línea alcanza el 21,1%, mientras que su participación en directorios sólo llega al 12,7%. A lo anterior se suma que el 47% de las empresas no cuentan con mujeres en sus directorios. Todo esto a pesar de que actualmente las mujeres ocupan un 40,7% de la fuerza de trabajo. Sin embargo, hasta el momento no se han realizado estudios en el país que expongan casos del «acantilado de cristal».