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La depresión en estudiantes universitarios: una llamada de atención urgente

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La depresión en estudiantes universitarios: una llamada de atención urgente

Por Monserratt Alfaro

La etapa universitaria es una época de cambios y desafíos para muchos jóvenes. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido una preocupante tendencia: el aumento de la depresión entre los estudiantes de la educación superior. 

En este reportaje de la mano de #EsHoy, nos centraremos en los jóvenes estudiantes que padecen depresión y cómo esto afecta en sus metas académicas y su vida universitaria.

Aunque es un trastorno frecuente, su comprensión y abordaje siguen siendo desafiantes. En este artículo nos adentraremos en los aspectos clave de la depresión, desde su definición y causas hasta las posibles estrategias de tratamiento y prevención.

¿Qué es la depresión? 

La depresión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un trastorno mental común. Implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo.

Se caracteriza por ser un estado de ánimo persistente de tristeza, desesperanza y falta de interés o placer en las actividades cotidianas. Es más que simplemente sentirse triste o abatido temporalmente, ya que puede interferir significativamente en la vida diaria de una persona. 

Para esclarecer aún más este tema conversamos con la profesional Catalina Sepúlveda, psicóloga clínica, fundadora de Psicología Compartida Chile.

La especialista hizo una distinción clave, dejando claro que las personas que sufren este trastorno psicológico requieren más de seis meses de una sintomatología prolongada para ser diagnosticados.

 “La tristeza es una emoción transitoria, que tiene una función adaptativa, la depresión es una patología mental que se caracteriza porque la persona que la padece experimenta tristeza, apatía, angustia, desesperanza, entre otras”, aclaró Sepúlveda.

Además precisó que “la tristeza por sí sola no es indicativa de un trastorno mental, aunque si se mantiene en el tiempo puede ser un síntoma a considerar para pedir ayuda profesional’’.

Igualmente, la facultativa acota que es un error muy común llamar “depresión” a los procesos de duelo que experimentamos naturalmente cuando vivimos una pérdida.

Por otra parte mencionó que “es importante devolver la cualidad natural a todas las emociones y comenzar a incorporar el “me siento triste”, “estoy enojada”, a nuestro vocabulario, favoreciendo la validación y la expresión, propiciando espacios de confianza para sostener conversaciones honestas de salud mental”.

En la actualidad, la depresión se ha convertido en una de las enfermedades mentales más comunes en todo el mundo, afectando a millones de personas sin distinción de género, edad o estatus social. 

Sepúlveda también nos comentó que los problemas de salud mental, principalmente la depresión y los trastornos de ansiedad, se encuentran entre las principales causas con mayor carga asociada a salud en el mundo. En este sentido, se debe hacer presente los cambios en su prevalencia durante el tiempo de confinamiento por Covid-19. 

Es más, Chile formó parte de la lista de países que más empeoró en cuanto a salud mental. Durante la pandemia en el año 2020, se diagnosticaron más de 241.000 nuevos casos de depresión, aumentando alrededor de un 40,6% en comparación al año anterior

Posibles causas y factores de riesgo 

La especialista explica que  ‘’es necesario tener en cuenta que no existe una causa exacta para los trastornos mentales. El origen de la depresión es más bien multifactorial”.

 “Por ejemplo, desde el punto de vista biológico se ha demostrado que personas con depresión presentan cambios físicos en el cerebro y en la producción o interacción de algunos neurotransmisores que probablemente desempeñan un rol en el estado de ánimo’’.

Otro de los factores que podrían estar relacionados a este trastorno son los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol en el origen de la depresión. ‘’Por otra parte, la depresión es más frecuente en las personas con padres también padecen este trastorno, aunque aún no es posible determinar un gen específico que pueda intervenir en el origen de los trastornos del ánimo.’’, agregó la psicóloga. 

La depresión también se puede asociar a la vivencia de acontecimientos difíciles o traumáticos, permanecer en constante de estrés, el consumo de sustancias como alcohol y drogas, las condiciones de salud como el cáncer, un accidente cerebrovascular o dolor crónico también son factores que predisponen a aumentar el riesgo de que se manifieste o se desencadene la depresión, especialmente si la persona cuenta con pocos recursos personales o escasa red de apoyo para hacer frente a la situación.

El peso de las expectativas, aislamiento y soledad 

En cuanto a los estudiantes universitarios, que es en quienes nos enfocamos en este reportaje, ellos se enfrentan a múltiples presiones, como el rendimiento académico, la búsqueda de empleo futuro, la adaptación a un nuevo entorno social y la carga financiera. Estas altas expectativas, tanto internas como externas, pueden generar estrés y ansiedad, desencadenando o exacerbando síntomas depresivos.

La vida universitaria a menudo implica cambios significativos en el entorno y las amistades. Muchos estudiantes se encuentran lejos de sus redes de apoyo familiares y enfrentan dificultades para establecer nuevas conexiones. El sentimiento de aislamiento y soledad puede aumentar el riesgo de depresión, ya que los estudiantes carecen de un sistema de apoyo sólido.

El estrés académico, la carga de trabajo y el ritmo acelerado de la vida universitaria, combinado con las altas exigencias académicas, puede generar un estrés considerable en los estudiantes. Las largas horas de estudio, los plazos ajustados, los exámenes y la competencia académica pueden agotar emocionalmente a los estudiantes, contribuyendo al desarrollo de la depresión.

Cómo afecta la depresión en el día a día de los estudiantes

La depresión puede evidentemente tener un impacto significativo en la vida de las personas que lo viven, por lo que los estudiantes no son una excepción. ‘’Uno de los principales criterios clínicos para considerar que una persona padece un trastorno mental es el hecho de que los síntomas interfieren en el desarrollo normal de vida a nivel personal, familiar, laboral, social, sexual, etc.’’, declara la especialista. 

Los trastornos del ánimo, en este caso la depresión, se caracterizan por hacer que la persona experimente cambios significativos principalmente desde el punto de vista cognitivo, afectivo y conductual. 

Así lo definió muy bien la especialista, ‘’en lo cognitivo suelen aparecer pensamientos de alta carga negativa con desesperanza respecto al futuro, dificultad para mantener la concentración y escasa motivación, además la persona puede llevar tener una autopercepción negativa con infravaloración de sus capacidades para resolver las situaciones de la vida.’’ 

Asimismo detalla que ‘’en el aspecto afectivo, la tristeza y el miedo suelen ser las emociones más frecuentes, aunque también es posible experimentar alegría en momentos específicos. Y por último, un cambio importante es la conducta de aislamiento; la persona tiende a apartarse de las actividades que solía realizar, o está más callada y menos expresiva, se muestra triste o pesimista, cambia hábitos de sueño y alimentación, entre otras rutinas’’.

Todo esto puede eventualmente influir de forma directa en el desempeño académico y en la vida familiar y social de los estudiantes.

Aunque como hemos mencionado durante todo este escrito, la depresión es una enfermedad común entre los estudiantes universitarios, a menudo existe una falta de conciencia y comprensión al respecto. Esto puede dificultar que los estudiantes reconozcan sus propios síntomas y busquen ayuda. Además, el estigma social asociado con los problemas de salud mental puede llevar a una mayor ocultación de la depresión y al retraso en la búsqueda de apoyo profesional.

 Rompiendo el estigma y estrategias de prevención 

El estigma social asociado con la depresión puede ser un obstáculo para buscar ayuda. Es fundamental educar a la sociedad sobre la naturaleza de la enfermedad y promover una comprensión y empatía más amplia hacia aquellos que la padecen. Además, es importante fomentar la comunicación abierta y brindar recursos

Además de la atención reactiva, es decir, que surge de iniciativa personal de quien está viviendo con este trastorno, la prevención de la depresión en estudiantes universitarios es crucial. 

Las instituciones educativas deben promover la educación sobre la salud mental, ofrecer programas de gestión del estrés y brindar herramientas para fortalecer la resiliencia emocional de los estudiantes. Asimismo, es importante fomentar la creación de comunidades de apoyo y espacios seguros donde los estudiantes puedan compartir sus experiencias.

Cifras preocupantes 

Según un estudio interno de la Universidad de Chile identificó que la prevalencia de trastornos de salud mental en estudiantes universitarios de primer año podría llegar hasta el 50%, tanto en síntomas ansiosos como depresivos. 

Otro catastro publicado por la Revista Chilena de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia en 2021, detectó que la mayoría de síntomas depresivos es mayor en estudiantes universitarios que en la población general.

Muchos de estos problemas se acrecentaron a causa de la pandemia de COVID-19. Así lo refleja un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó que, debido a la pandemia, Chile fue el país que más cerró sus escuelas, entre 2020 y 2022, por lo que la educación superior tras ese largo tiempo sin ir a estudiar presencialmente ahora recibe a esos estudiantes que cursaron más de 250 horas de clases virtuales.

La salud mental es y será un tema que debe hablarse a viva voz con mucha más facilidad y sin ningún tipo de tabú. Conseguir que las personas que estén sintiendo que algo anda mal con ellos, que sienten que su vida deja de tener sentido, que no encuentran la salida a sus problemas, puedan tener en su propia casa de estudios un entorno seguro donde expresarse sin recibir reproches sino ayuda para poder luchar libremente contra la depresión y exprimir todo el potencial que dejaron de ver que existía en ellos. 

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