Parte fundamental del estudio es disfrutar de la comida, por lo que hacer una pausa en la lectura de los apuntes y decidir escaparse para ir por un dulce, pastel, chaparrita, empanada y las inigualables dobladas con queso termina siendo un verdadero estímulo.
Y a solo pasos del Campus Domeyko de la Universidad de La Serena se encuentra “El Colonial”, local que nació en 1979 y que hasta la fecha sigue acompañando a los ulseanos con sus exquisitos productos.
Sandra Agostino es la encargada del también conocido como El Flash, El Rápido y El Lento y a diario recibe la ayuda de su hijo, Ricardo Castillo. Ambos son testigos de un sinfín de anécdotas e historias que se alojan al interior de las paredes de El Colonial.
En conversación con #EsHoy, Castillo recuerda que la relación con los estudiantes comenzó
a través de las protestas y manifestaciones que se realizaban durante los tiempos de la dictadura militar, pues muchos de ellos recurrieron al establecimiento para ocultarse. “Los primeros años fueron complicados y escondimos varias veces a muchos alumnos, entonces eso ya establecía un fuerte vínculo”, relata.
En este contexto, Ricardo valora el vínculo que se ha forjado en el tiempo y cuenta que muchos egresados siguen juntándose en la tienda. “Siempre recuerdan sus primeros años en la universidad, además de las primeras veces que vinieron a comprar (..) esto ha sido muy bonito y agradable de compartir”, sostiene.
Cercanía y buenos precios
La ubicación siempre ha beneficiado tanto a “El Lento” como a los universitarios, y sumado a que los precios de los productos resultan atractivos para los jóvenes. Las características del local fueron amplificadas rápidamente por el boca a boca, ya que los mismos estudiantes recomendaban el negocio, aumentando la visibilidad del mismo. ”De esta forma hemos podido participar en varias actividades de la universidad, incluso se han realizado trabajos audiovisuales sobre nosotros”, dice el locatario.
Si bien los tiempos han cambiado, los locatarios aún se mantienen entre los favoritos de las opciones culinarias que existen en La Serena gracias al duro trabajo familiar, el que les ha permitido ganarse un espacio en la historia y corazón de los serenenses.