La región presenta niveles de caudal y embalses históricamente bajos, y las proyecciones para el trimestre de abril a junio no anticipan una recuperación significativa, dado que la precipitación en la Región de Coquimbo estaría por debajo del rango normal para la época del año.
El sistema hidrológico de la región de Coquimbo atraviesa una situación alarmante debido a un sostenido déficit de precipitaciones que se arrastra desde hace cinco años. Esta condición ha generado una fuerte disminución en los caudales, que por cuarto año consecutivo se mantienen por debajo del promedio histórico.
“La temporada actual (abr – feb) presenta un 31% de los caudales históricos en Elqui, 63% en Limarí y 88% en Choapa. Esta situación ha conllevado a una constante disminución en los niveles de agua embalsados durante los últimos años que se ha revertido en parte solo en Choapa durante los últimos meses”, detalla el análisis de CEAZA.
A nivel regional, el agua embalsada representa apenas un 16% de la capacidad total, con una tendencia a la baja respecto del mes anterior. A esto se suma la casi nula cobertura nival en las tres provincias, resultado de un mes marcado por escasas lloviznas y el término de la temporada seca.
El reporte del área meteorológica de CEAZA señala que “actualmente, los embalses del Elqui se encuentran al 19% de su capacidad, los del Limarí al 10% y solo el Choapa muestra un mejor escenario con un 82%”.
Por otro lado, en las proyecciones indican que durante abril a junio, “la precipitación en la Región de Coquimbo estaría por debajo del rango normal para la época del año. Esto se traduce en que la llegada de sistemas frontales no sería frecuente sino hasta posterior a otoño”.
“Por ahora los modelos globales no pronostican un inicio lluvioso de temporada, en cuanto la probabilidad de tener precipitación por debajo del rango normal para la época del año fluctúa desde 40 a 70% dependiendo del modelo analizado. Por tanto, para este trimestre debiese prevalecer una condición seca, con montos de precipitación que debiesen ser menores a 12 mm en La Serena, 24 mm en Ovalle, 39 mm en Combarbalá y 57 mm en Los Vilos, según climatología de la Dirección Meteorológica de Chile”, especifican en el Boletín Climático de CEAZA.
Lo anterior, sumado a los actuales niveles de caudal, sugiere que el sistema hidrológico continuaría mostrando un comportamiento bajo lo normal en las tres provincias de la región, situación que persistiría al menos hasta primavera de 2025.
Respecto a las temperaturas promedio, “debieran estar sobre el rango normal en sectores interiores de la región, y dentro o por sobre el rango normal a lo largo de la costa de la región de Coquimbo hacia el sur, a medida que se desarrolla una fase Neutra del ciclo ENOS”, explica el reporte de CEAZA.
Este escenario se enmarca en una fase Neutra del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). De acuerdo al boletín, su persistencia por toda la temporada lluviosa está ligada a incertidumbre en la precipitación. No obstante, los modelos sugieren condiciones secas para este trimestre.
“A su vez, se espera que durante la fase Neutra la temperatura promedio del aire a lo largo de la costa estaría dentro o por sobre el rango normal como consecuencia de la relajación del viento proveniente desde el sur a medida que el Anticiclón Subtropical del Pacífico sur se mueve hacia el norte como parte de su ciclo anual”, apuntan.
El meteorólogo del Centro Científico CEAZA, Tomás Caballero, expresa que “si bien históricamente se ha asociado en Chile Central una fase El Niño con años lluviosos y una fase La Niña con años secos, durante los últimos años las investigaciones han revelado otros factores que afectan la ocurrencia y la magnitud de la precipitación en la región”.
“Las fases del ciclo de La Niña o El Niño (ENOS) efectivamente tienen alcance global por su origen en la banda ecuatorial del océano Pacífico, la más extensa entre todos los océanos. De esta forma, cualquier perturbación que ocurra sobre esta zona es libre de propagarse sin oposición por largas distancias o hasta interferir con alguna otra perturbación que pueda darse en una escala menor”, ilustra el Dr. Cristian Muñoz, modelador de aplicaciones para Geociencias de CEAZA.
Frente a este panorama, se sugiere acuñar el término “desertificación” de la región de Coquimbo, ya que se hace urgente el monitoreo constante de las condiciones hidrometeorológicas y la implementación de medidas de gestión hídrica que permitan mitigar los impactos de un sistema cada vez más presionado por la sequía y el cambio climático.