El amor ya no es exclusivo de los encuentros cara a cara. En la era digital, cada interacción en redes sociales o aplicaciones de citas puede convertirse en el inicio de una historia real. Así lo vivieron Daniela y Fernando, y Valentina y Javier, dos parejas que pasaron de conocerse virtualmente a compartir su día a día en la Región de Coquimbo.
Del match al amor
Daniela (28) y Fernando (26) se conocieron en Tinder por pura curiosidad. Ella, trabaja como profesora en un colegio de La Serena, y él, trabaja en la minería en Copiapó. Ambos llevaban más de dos años solteros. “Al inicio la conversación por la aplicación fue ‘piola’, pero ninguno sintió esa chispa o flechazo. Aun así, hubo algo que nos llevó a querer juntarnos para conocernos en persona”, relata la docente.
Daniela cuenta a #EsHoy que previo a la cita “no tenía grandes expectativas, lo vi como una salida más a la playa, quizá unas cervezas después en algún pub, dejando que todo fluyera. Cuando nos encontramos, todo cambió. La conversación fue natural, las risas surgieron sin esfuerzo, y descubrimos que teníamos más en común de lo que imaginábamos. Nada de lo que pasaba por chat se comparó con la conexión que se creó ese día que nos vimos”, expresa.
Desde aquel día, Fernando comenzó a viajar en sus descansos para verla, convirtiendo cada reencuentro en un nuevo capítulo de su historia. Lo que empezó como un encuentro sin pretensiones se transformó en un amor sólido. Hoy, un año y ocho meses después, siguen juntos, demostrando que la verdadera química no siempre está en las pantallas, sino en las miradas, en las risas compartidas y en el tiempo que se elige dedicar a alguien especial.
Cuando un mensaje casual se convierte en el inicio de todo
Todo comenzó con una historia de Instagram. Valentina (34) respondió a una publicación de Javier (37), con quien coincidía en redes pero con quien nunca había hablado en persona. “Era una noticia sobre política, un tema en el que ambos estábamos de acuerdo. Fue un simple comentario y pasó a un intercambio de opiniones más profundas y reflexivas”, relata Vale.
Pronto, la conversación se expandió más allá de la política. Hablaban de la vida, de sus experiencias, de sus sueños. “Lo curioso era que ya se habían visto antes en algunos carretes, pero jamás nos habíamos hablado, ni siquiera saludado”, recuerda la prevencionista de riesgo. Ahora, con cada mensaje, la conexión se hacía más fuerte.
Un día, decidieron que era hora de conocerse más en persona. Optaron por una cita diferente: subir juntos el Cerro Grande de La Serena y hacer un pequeño picnic en la cima. Entre la caminata, las risas y la vista de la ciudad desde lo alto, algo cambió. “Nos dimos cuenta de que lo que sentíamos iba más allá de la admiración intelectual. Allí, con la ciudad de fondo y el atardecer, nació el amor”, detalla Valentina.
Hoy, después de ocho meses juntos, su relación sigue llena de conversaciones apasionantes, risas y momentos compartidos. Lo que comenzó con un mensaje en Instagram se transformó en una historia de amor que sigue escribiéndose cada día.