En un momento en que Bad Bunny se posiciona como uno de los artistas más influyentes del mundo, con su último álbum «DtMF» liderando listas y marcando tendencias, es inevitable mirar hacia atrás y recordar sus primeros pasos en Chile. Fue en 2017 cuando el «conejo malo» comenzaba a conquistar corazones en el país, dejando una huella imborrable en ciudades como Santiago, Temuco, Viña del Mar, Rancagua, Concepción y La Serena.
La noche del 31 de agosto de ese año, el Coliseo Monumental de La Serena se convirtió en el epicentro de la música urbana. Con entradas que iban desde los $15.000 en galería hasta los $50.000 para quienes optaron por la experiencia VIP, cientos de fanáticos se reunieron para ser parte de un show que hoy se recuerda con nostalgia. En ese momento, Bad Bunny ya había comenzado a destacarse con temas como «Soy Peor» y «Diles», pero aún estaba lejos del estrellato mundial que hoy ostenta.
Los asistentes corearon cada canción y se dejaron llevar por la energía y el carisma del artista, que demostró por qué estaba destinado a ser una de las grandes figuras de la música latina.
La Serena, con su Coliseo Monumental como testigo, se inscribe en el mapa de los recuerdos significativos de Bad Bunny. Ese concierto de 2017 no solo marcó un antes y un después en su relación con el público chileno, sino también en la vida de quienes, sin saberlo, presenciaron el ascenso de una leyenda de la música urbana. Hoy, cada vez que el artista conquista nuevos hitos, quienes estuvieron allí reviven con orgullo la magia de aquel primer encuentro.