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El drama perruno: cómo las rupturas de pareja afectan el comportamiento de tu mascota

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El drama perruno: cómo las rupturas de pareja afectan el comportamiento de tu mascota

Cuando hay una separación de pareja no solo sufre el corazón humano. Si hay un perro de por medio, la cosa se pone peluda, porque el regalón de la casa también se ve afectado. Así lo afirman los expertos, quienes dicen que el estrés que vivimos los humanos cuando nos separamos, también lo absorbe el peludito. Y aunque nuestra mascota no entienda qué es un divorcio, sí se da cuenta de los cambios en la rutina y la angustia de sus dueños, explica la veterinaria Sònia Sáez.

“Los perros son animales sociales, muy empáticos y muestran un amor incondicional, así que todo lo que reciben de sus amos durante la separación influye en su comportamiento”, aclara Sáez. Por su parte, Jorge Quiroga, especialista en etología canina, advierte a “La Vanguardia” que las emociones negativas en las peleas y tensiones que viven los humanos durante la separación le pasan la cuenta al perro. Así que si el ambiente está cargado, y nuestro perro también se angustia.

El estrés puede sacar su peor ladrido

Cuando el perro enfrenta cambios como mudarse, perder a un miembro de la familia o cambios en sus horarios, pueden aparecer problemas. “La ansiedad por separación es una de las más comunes, pero también pueden ponerse agresivos o depresivos, y todo esto viene del estrés que sienten”, detalla Quiroga. ¡Ojo piojo! Si ves que tu perro se comporta raro, la recomendación es correr donde un experto antes de que la cosa se ponga fea.

Custodia compartida, ¿sí o no?

Si estás pensando en la custodia compartida para tu mascota , hay que hacerla bien desde el comienzo. El sociólogo Dante Castillo, de la Universidad de Santiago (USACH), lo tiene clarito: antes de adoptar a un peludito, es clave planear cómo se manejará la custodia en caso de una separación. “Es súper importante que ambas partes se comprometan con el bienestar y seguridad del animal, manteniendo rutinas similares, horarios de alimentación, y ponerse en sintonía con todo lo que se acuerde para la custodia”, señala Castillo a Diario La Tercera.

Cabe mencionar que las mascotas cada vez son más reconocidas como seres que sienten, no simples “bienes muebles” como los considera actualmente la ley chilena. “Las mascotas se están convirtiendo en un sujeto de derecho, lo que significa que también es necesario reestructurar la relación entre los dueños para mantener el vínculo por ellas y garantizarles bienestar”, añade el sociólogo.

¿Y si se ponen difíciles las cosas? Castillo propone una figura que podría salvar la situación: un mediador. Este profesional, que bien podría ser un veterinario o especialista en etología, podría ayudar no solo a facilitar la comunicación entre los dueños, sino también ofrecer apoyo terapéutico para tomar decisiones pensando siempre en el peludito. ¡Un dato digno de tomar en cuenta!

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