Los ’90 en La Serena fueron una década dorada para los amantes del carrete. La ciudad se convertía en un hervidero de energía cada fin de semana, y las noches no se entendían sin una buena dosis de música, baile y, por supuesto, el infaltable show del carismático Negro Said.
Este maestro del espectáculo era una verdadera leyenda viviente. Con su estilo único, lleno de pasión y carisma, el Negro Said se adueñaba de las noches en la icónica Sundance Discoteque. Esta disco se transformó en el punto de encuentro obligado para los jóvenes y no tan jóvenes que buscaban disfrutar de una noche inolvidable. El Negro Said, quien además brillaba en la televisión, se encargaba de animar las veladas con su versatilidad y su capacidad de conectar con la gente. No importaba si estabas ahí para bailar, reírte o simplemente disfrutar del ambiente; Said tenía el talento para hacerte sentir como en casa.
Pero la movida nocturna no se quedaba solo en Sundance. Los verdaderos fiesteros sabían que había que hacer el tour completo para una noche redonda. Ahí es donde entraban en escena dos templos del carrete serenense: B-Cool, El Capri, Disco Gin, entre otros lugares.