En una época en la que las mujeres enfrentaban innumerables barreras para acceder a la educación superior, Eloísa Díaz rompió moldes y se convirtió en la primera médico cirujana de Chile y Latinoamérica, marcando un hito en la historia de la medicina y el feminismo en la región.

Nacida el 25 de junio de 1866 en Santiago, Eloísa Díaz Inzunza demostró desde joven un gran interés por el conocimiento y la ciencia. A pesar de las limitaciones de su tiempo, su familia apoyó sus aspiraciones académicas, permitiéndole ingresar a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile en 1880. En una ceremonia celebrada el 27 de diciembre de 1886, Díaz se graduó como médica cirujana, una hazaña que la convirtió en la primera mujer en obtener dicho título en toda Latinoamérica.

Eloísa Díaz no solo fue pionera por su logro académico, sino también por su labor profesional y su impacto en la salud pública. Durante su carrera, se dedicó fervientemente a mejorar la salud de los sectores más vulnerables de la sociedad chilena. Fue una de las principales impulsoras de la creación de los servicios médicos escolares, con el objetivo de brindar atención médica a niños de escasos recursos y fomentar hábitos de higiene y salud en las escuelas.

Su compromiso con la salud pública la llevó a ocupar el cargo de Inspectora General de los Servicios Médicos Escolares del Ministerio de Educación, donde implementó importantes reformas. Entre sus logros más destacados se encuentran la lucha contra la desnutrición infantil y la implementación de campañas de vacunación masiva, que contribuyeron significativamente a la reducción de enfermedades contagiosas en la infancia.

Eloísa Díaz también participó activamente en la comunidad académica y profesional. Fue miembro de la Sociedad Científica de Chile y representó al país en congresos internacionales, donde compartió sus conocimientos y experiencias, consolidando su reputación como una experta en su campo.

Además de su destacada carrera profesional, Díaz se erigió como un símbolo de la lucha por la igualdad de género en un tiempo en que las mujeres eran sistemáticamente excluidas de muchas áreas del conocimiento y la vida pública. Su valentía y determinación abrieron camino para que muchas otras mujeres pudieran acceder a la educación superior y desempeñarse en profesiones científicas y médicas.

Eloísa Díaz falleció el 1 de noviembre de 1950, dejando un legado imborrable en la historia de Chile y Latinoamérica. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para generaciones de mujeres que buscan romper barreras y contribuir al progreso de la sociedad a través del conocimiento y la dedicación profesional.

Hoy, 25 de junio, en el aniversario de su nacimiento, recordamos y celebramos la vida de Eloísa Díaz, una verdadera pionera cuyo impacto se siente aún en la actualidad. Su legado perdura no solo en los anales de la medicina, sino también en la historia de la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en nuestra región.