La voz de Yaritza Véliz Aquea resuena con una fuerza y pasión que parece llevar consigo los ecos de su tierra natal, Tierras Blancas. Desde sus humildes inicios y un concierto fortuito en Andacollo, Yarizta ha traspasado fronteras, llevando su arte a los rincones más prestigiosos del mundo operístico.
El camino de Yaritza en la música comenzó temprano. Desde niña, notó que su voz tenía algo especial, pero no fue hasta los 12 años que se dio cuenta de su singularidad. Fue durante una visita a Andacollo, comuna donde vive su familia paterna, que su destino tomó un giro decisivo. Escuchó al tenor Tito Beltrán y, con la audacia propia de la juventud, se presentó ante él. Su interpretación dejó a Beltrán atónito, quien la proclamó «el milagro de Andacollo».
“Ellos estaban ensayando, por lo que fuimos, mi papá se acercó, le pedimos un autógrafo y al mismo tiempo le dijimos que yo cantaba, le conté que cantaba igual que él y me aseguró que eso era imposible, ya que era muy chica (…), pero ahí me escuchó y salió gritando que yo era el milagro de Andacollo“, contó entre risas en entrevista con CNN Chile.
Beltrán la invitó a cantar con él aquella noche. Como no iba preparada, viajó desde la comuna minera hasta su casa en Tierras Blancas para buscar ropa adecuada para el concierto. Durante el trayecto, quedó en panne con el auto familiar y enfrentó diversas vicisitudes, lo que la hizo llegar atrasada al evento. Aun así, y sin haber ensayado previamente con Beltrán, Yaritza sorprendió a todos los presentes y despertó el interés de varias personas que quisieron apoyar su talento.
La carrera de Yaritza se desarrolló como un efecto dominó de oportunidades y apoyos. Cada persona y cada oportunidad que surgió en su camino fueron esenciales para su desarrollo. Desde la profesora de canto Carmen Luisa Letelier, quien se convirtió en su “mamá musical”, hasta autoridades que contribuyeron con una beca para sus traslados a la capital, cada paso fue crucial.
A pesar de enfrentar momentos de duda y considerar abandonar el canto, Yarizta perseveró. Esta determinación la llevó a postular al prestigioso programa Jette Parker Young Artist en la Royal Opera House. En conversación con CNN, la coquimbana recordó que “eran 770 postulantes, había un solo cupo para soprano y no hablaba inglés. Cuando quedé seleccionada para viajar a Londres quedé en shock, porque pensaba que era imposible, pero lo hicieron. Fue un mérito enorme para mí y hasta yo misma me sorprendí (…). Ya en Londres pasé las tres etapas y quedé seleccionada, era solo un cupo y me lo gané“.
Hoy, Yaritza está consagrada en el mundo de la ópera. Ha pasado de interpretar papeles pequeños a protagonizar obras icónicas como «La Bohème». Sin embargo, su humildad permanece intacta. “Para mí, no hay roles chicos ni grandes”, afirma, enfatizando que cada papel y cada escenario, desde el Municipal de Santiago hasta el Royal Opera House, tiene igual importancia y respeto.
“Teatros grandes, teatros pequeños, para mí tienen la misma importancia y el mismo respeto hacia su público y la gente con la que trabajo. Para mí el Municipal de Santiago es igual de importante al Royal Opera House“, comentó Yaritza, quien ya tiene programadas presentaciones en Francia, Estados Unidos, Alemania y, por su puesto, Inglaterra.
