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Trastorno Bipolar: mucho más que un altibajo emocional

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Trastorno Bipolar: mucho más que un altibajo emocional

Los síntomas del trastorno bipolar son intensos y duraderos, y afectan la calidad de vida de las personas. Reconocer sus síntomas puede ser un primer paso para acceder a un diagnóstico y tratamiento médico oportuno.

No es fácil vivir con trastorno bipolar. Los síntomas pueden causar cambios impredecibles en el estado de ánimo y el comportamiento, lo cual da como resultado un gran sufrimiento e importantes dificultades en la vida.

“Si bien todas las personas experimentan altibajos normales, con el trastorno bipolar, la variedad de cambios de estado de ánimo puede ser extrema”, dice Milagro Sosa, directora médica de Abbott.

“Es probable que quienes viven con este trastorno no logren reconocer en qué medida su inestabilidad emocional puede impactar su vida y la de sus seres queridos y, por lo mismo, puede que no sepan lo importante que es seguir un tratamiento médico”, agrega la facultativa.

Unas 40 millones de personas en el mundo viven con esta patología, considerada la sexta causa de incapacidad, según la Organización Mundial de la Salud, OMS (2). En Chile, el trastorno bipolar tiene una prevalencia de aproximadamente 2,2% dentro de la población.

Reconocer sus síntomas puede ser el primer paso

Los síntomas del trastorno bipolar comienzan a presentarse en la adolescencia o adultez temprana. En Chile, la edad promedio de diagnóstico es a los 21 años, de acuerdo con el Ministerio de Salud. Los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden cambiar con el paso del tiempo.

“Si vives con trastorno bipolar y no te estás tratando, experimentarás un fuerte aumento de la vitalidad o de la exaltación, llamada fase de manía, seguida de un descenso de la actividad y la vitalidad, o depresión”, explica la Dra. Sosa.

Cuando tu estado de ánimo cambia a manía, es posible que sientas mucha energía o una irritabilidad inusual. En este episodio, que puede durar varias semanas, puede que sientas nerviosismo, tensión, u optimismo anormal; menor necesidad de dormir; frenesí de ideas y distracción. Es probable que, en esta fase, tomes malas decisiones, como por ejemplo, gastar mucho dinero en compras compulsivas, o prácticas sexuales riesgosas.

Estos cambios pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.

Cuando te deprimes, en tanto, puede que pierdas todo interés o el placer en la mayoría de las actividades. Puede que sientas tristeza, vacío o desesperanza todo el tiempo; fatiga o falta de energía; disminución de la capacidad para concentrarte y tomar decisiones; insomnio o somnolencia; agitación o comportamiento más lento; sentimientos de culpa excesiva o inadecuada; y cuestionamiento de la propia vida y del seguir viviendo.

Si bien se trata de una afección de por vida, es posible controlar los episodios de cambios de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento.

“Un diagnóstico oportuno siempre ayuda a enfrentar de mejor manera el trastorno bipolar, de manera de mantener la calidad de vida y vivir lo mejor posible”, dice la especialista.

Tratamiento

El tratamiento es la mejor manera de comenzar a sentirse mejor (1). Si has experimentado síntomas de salud mental que interfieran en tu vida y en la de tus cercanos, acude a un centro médico para una evaluación. El diagnóstico del trastorno bipolar puede tomar tiempo y el tratamiento debe ser multimodal, incluyendo administración farmacológica e intervenciones psicosociales con los familiares y el entorno social.

“El diagnóstico y el tratamiento oportuno son importantes no sólo para que la persona lleve una vida normal, sino también para prevenir la realización de actos que puedan poner la vida en riesgo. De esta forma, si sientes que estás a punto de entrar a un episodio maníaco o depresivo, es recomendable buscar orientación médica”, aconseja Milagro Sosa.

La especialista enfatiza, además, en la importancia de acudir a todas las citas médicas y terapéuticas, y seguir todas las indicaciones del médico tratante. La correcta adherencia a los tratamientos que indique el especialista puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas a largo plazo.

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