La depresión es un problema de salud pública que alcanza a nivel mundial a 322 millones de personas cada año. La OMS la describe como un trastorno mental común, cuyos síntomas involucran un estado de ánimo deprimido o pérdida de placer o interés en actividades que antes se disfrutaban.
Sufren en silencio, no dan señales y se esconden. Así es la depresión masculina, que representa una parte significativa de los casos, pero a menudo los hombres se encuentran atrapados en una compleja red de estereotipos de género y presiones socioculturales que dificultan su reconocimiento y búsqueda de ayuda.
Las diferencias de género son importantes al momento de buscar ayuda. Distintas especialistas declaran que a los hombres les cuesta reconocer con precisión su malestar como desánimo o depresión. “Los prejuicios se dan antes de que la persona consulte, ya que sienten que se ponen en juego valores de la masculinidad, porque pedir ayuda lo interpretan como fragilidad, como una cuestión de mujeres”, explica a #EsHoy Erika Guerrero López, psicóloga y magister en Género e Intervención Social y agrega que “los hombres creen que las únicas emociones que están permitida y más aceptada de mostrar es la agresividad y la rabia, la impulsividad”.
En esa misma línea, la psicóloga clínica, Catalina Aguirre Sarmiento, comenta que “socialmente a los hombres no se les permite mostrarse vulnerables, como un rasgo atribuido al rol. Desde una edad temprana, a los hombres se les enseña a reprimir sus emociones, a ser fuertes y resilientes”.
Mientras que la psicóloga y fundadora del sitio Psicología Compartida, Catalina Sepúlveda Sáez, sostiene que “como sociedad hemos sobrevalorado la fortaleza como capacidad esencial ante las situaciones adversas y asociamos el ‘ser fuerte y capaz’ como una cualidad especialmente masculina, entonces es menos probable que los hombres hablen de lo que sienten”.
SÍNTOMAS Y EL INTENTO DE EVADIR
Diversos estudios internacionales describen que los hombres más machistas tienen más riesgo de deprimirse, de sufrir problemas ansiosos o incluso de suicidio. Esto, porque a juicio de López Guerrero, “los hombres sienten que se ponen en juego valores de la masculinidad. Porque reconocerlo o pedir ayuda lo interpretan como fragilidad, como una cuestión de mujeres”.
A lo anterior, la profesional de Centro Verdes y Violeta acota que “los síntomas de la depresión masculina están relacionados con los mandatos de género, como ser proveedor, buen padre, buena pareja, exitoso en lo laboral, competente y el tener buenos ingresos”.
Otro elemento para considerar es que, es probable que un hombre que tiene depresión actúe de manera agresiva o exprese enojo, en lugar de llorar. Según declara Catalina Sepúlveda esto se debe “a la necesidad de modificar emociones incómodas por otras que resulten aceptadas en el entorno social” y sugiere que como sociedad “debemos poner atención si vemos que un hombre cercano ha presentado cambios importantes en su capacidad de tolerancia o está notoriamente más irritable, porque puede ser que esté actuando de una manera más estereotípicamente masculina para compensar un episodio depresivo”.
En este escenario, se suele dar mucho el abuso de sustancias como el alcohol y drogas “para poder evadir, porque para ellos mostrarse vulnerable es no cumplir dicho papel esperado por el resto, mientras que emociones como la rabia o el enojo son más cercana a la masculinidad hegemónica”, comenta Catalina Aguirre.
NORMALIZAR LA PSICOTERAPIA
Las tres especialistas entrevistadas por #EsHoy coinciden en que lo importante de esto es tratar de no acudir a psicoterapia cuando ya se ha tocado fondo, pues es más difícil llevar un tratamiento o que pidan ayuda, es decir, que los hombres no admiten la depresión como un problema y, por ende, la ayuda especializada puede que no llegue.
“Es importante normalizar el ir a terapia, tanto hombres como mujeres, y promover que tú siendo hombre no significa que seas débil si vas a terapia o que no te la pudiste con eso o que no fuiste fuerte, porque no tiene que ver con eso”, recomienda Erika López.
Pero la tarea no es sólo cosa de hombres, tampoco es un trabajo exclusivo de los profesionales de salud mental, menciona Sepúlveda Saez “toda la sociedad debe contribuir a que -tanto hombres como mujeres- reconectemos con nuestras vulnerabilidades y tengamos la oportunidad de expresar y permitir que otros expresen emociones de forma segura y responsable. Es necesario avanzar hacia una sociedad que sea capaz de sintonizar con todas las sensibilidades, y especialmente con las masculinas”, puntualiza la fundadora de psicologíacompartida.com
A su vez, López Guerrero explica que “el acudir a psicoterapia siempre va a traer beneficios, tanto para la persona que consulta, como para las personas cercanas y para la sociedad en general”. En tanto, Aguirre Sarmiento sugiere que la terapia psicológica “se debe ver como un espacio para fomentar su propio autoconocimiento y aprender nuevas habilidades o estrategias para la vida en realidad. No es necesario que se llegue a estar realmente mal emocionalmente para acudir”, concluye.