La pequeña Matilda llegó a este mundo de la forma en que su madre siempre quiso: respetando las creencias del pueblo Mapuche y Diaguita, de los que son parte como familia.
“Regalo del cielo”, eso significa el nombre de Matilda Eluney, la pequeña de 4 kilos y 51 centímetros que se convirtió en la primera recién nacida en llegar a este mundo a través de un parto con pertinencia cultural en el Hospital de Illapel y en toda la Región de Coquimbo.
Su orgullosa madre, Johanna Cortés, cuenta que, como familia, tenían todo coordinado para el nacimiento en la comuna de Salamanca, donde iban a disponer de aromaterapia, hierbas, símbolos e iconografías pertenecientes a sus pueblos originarios, Mapuche con descendencia Diaguita. Sin embargo, como su hija se estaba retrasando al nacer, debieron trasladarse hasta Illapel.
“Teníamos muchas dudas sobre cómo sería el plan de parto, porque una de las cosas que habíamos pedido era la entrega y la impresión de la placenta, que para nosotros, como pueblo indígena, tiene una connotación sagrada, entonces íbamos a hacer una ceremonia con la asociación de la que soy parte y era importante poder recibirla. Nos vinimos con las dudas de no saber si podríamos tener nuestro parto con pertinencia cultural, pero debo decir que estoy muy contenta porque acá se nos abrieron las puertas”, relata.
Marcial Olivares, papá de Matilda, destaca justamente el gran recibimiento que tuvieron de parte del equipo de salud en el Hospital de Illapel. “Fue muy emocionante, soy padre primerizo y para mí fue todo nuevo, entonces había una emoción muy grande y expectativas. Teníamos esta idea de parto con pertinencia y no sabíamos cómo se iba realizar exactamente, si todo lo que íbamos a pedir iba a poder ser implementado, pero puedo decir que mi experiencia acá fue muy buena. Tuvimos apego desde el primer momento, acceso a aromaterapia, a que Johanna sintiera sus contracciones, estuve acompañándola todo el tiempo y tuvo un parto sin anestesia, en cuclillas, que era como ella quería, de forma más natural y con los elementos de nuestros pueblos. Para mí, fue una experiencia muy buena, creo que, si hay más gente que quiera tener un parto con pertinencia, por favor, háganlo”, recomienda.
Y como el nacimiento de la pequeña Matilda fue un momento muy especial para sus padres, los equipos de salud del recinto illapelino no quedaron ajenos a esta emoción, ya que, desde un comienzo, entendieron lo importante que era para ella el respeto a sus creencias y se hicieron partícipes de cada momento.
“Ambos tenemos ascendencia indígena y fue maravilloso, porque se generó esa simbiosis en el parto y al final los funcionarios estaban muy emocionados, partiendo desde la matrona que atendió el parto, la doctora, todos los que apoyaron ahí quedaron como muy emocionados y yo muy agradecida”, destaca Johana, mientras muestra la impresión de la placenta que contiene el nombre de su hija junto al de todos quienes fueron parte del proceso.
Michael Veas, matrón jefe del hospital, recuerda cómo fue ese día. “Nos preparamos, teníamos claro lo que ella quería y aceptamos el desafío. Tuvimos un parto que fue muy lindo, atendido por matronas y médicos, quienes se hicieron partícipes de cada momento de lo que Johana iba pidiendo. Nos solicitó tener pertinencia, es de decir, que ella, a través de sus elementos, pudiera impregnar un poco de su cultura, tanto Diaguita como Mapuche, y nosotros fuimos entendiendo, lo fuimos complementando y a la vez, emocionándonos mucho. Ojalá extender esta experiencia a toda la comunidad, ya que tenemos distintos elementos que pueden ser ofrecidos, como impresión placentaria, aromaterapia, musicoterapia o elementos de alivio de dolor no farmacológico y podemos entregar la placenta para los fines que la paciente estime conveniente”, indicó.
REAFIRMAR EL COMPROMISO CON LA SALUD INTERCULTURAL
Johanna es usuaria del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas (PESPI), del Servicio de Salud Coquimbo, que busca trabajar por la equidad en salud, tanto en las prestaciones como en la incorporación de un enfoque intercultural destinado y dirigido a los Pueblos Originarios. Tiene varios componentes: la interculturalidad, la equidad y la participación, por lo que busca que todo lo que se realice desde el área de salud, considere la cosmovisión y pertinencia cultural del usuario.
“Como Departamento de Salud Provincial, estamos trabajando con los Pueblos Originarios a través del programa PESPI, y ya llevamos años vinculándonos. En el caso de la señora Johanna, ella ya había hecho todas las gestiones en el Hospital de Salamanca, y al existir esta vinculación, se articula la red para que se respetara su parto con todo el trato humanizado y con todas las creencias ancestrales para poder trasladar su cultura y que se pudiera respetar en el Hospital de Illapel”, detalló Claudia Plaza, Jefa (S) del Departamento de Salud Provincial del Servicio de Salud Coquimbo.
Diego Pacheco, encargado del programa PESPI en el Hospital de Salamanca, comuna de residencia de Johanna, explica cómo se gestó la idea del primer parto con pertinencia cultural. “Vimos que en otras regiones de Chile se estaba cumpliendo y que era algo que podía empezar a iniciarse acá, y dijimos ¿por qué no? Si teníamos a las comunidades y los implementos, y justo una dirigente de la comunidad Inti Killa Lawen (Johanna) estaba embarazada, así que le sugerí la idea de hacer un parto con pertinencia cultural e hicimos los arreglos. Aquí todos estuvieron muy dispuestos a poder hacerlo e iniciamos la idea acá en Salamanca, porque ella es de acá, pero como el embarazo se atrasó un poquito y podían haber algunas complicaciones, para evitarlas, fue derivada a Illapel, pero allá también se pudo llevar a cabo, así que estamos contentos por eso”.
Diego comenta, además, que en el Hospital de Salamanca trabajan con tres comunidades pertenecientes a Pueblos Originarios, y que buscan integrarlos al recinto asistencial enseñando sobre ellos para que haya pertinencia cultural también en los funcionarios del recinto. Así también lo destaca la directora (S) del establecimiento, Astrid Zúñiga, quien aprovechó de poner en valor el huerto de hierbas medicinales implementado hace unos meses en el recinto asistencial, de la mano del programa PESPI.
“La idea es que nosotros, como hospital comunitario, que estamos enfocados en las actividades con la comunidad y con la integración, podamos trabajar de forma coordinada aumentando la participación de los Pueblos Originarios dentro del quehacer de nuestro establecimiento de salud, mirándolo con un foco intercultural y también considerando estos aspectos para que podamos mejorar al acceso y la oportunidad en salud”, señaló la autoridad del establecimiento.
Sin duda, la llegada de la pequeña Matilda Eluney vino a cambiar la vida de sus emocionados padres, pero también la de toda una región, ya que sin saberlo, fueron muchos los involucrados en que su nacimiento pudiera contar con pertinencia cultural, una experiencia con la que esperan que más personas puedan conocer esta opción y así acceder a ella de forma respetuosa.