El 7 de abril de 1889 nació en Vicuña, Lucila Godoy Alcayaga, conocida universalmente como Gabriela Mistral.
Se convirtió en la primera escritora latinoamericana en recibir el premio Nobel de Literatura en 1945. Este reconocimiento no se debió sólo a la belleza de sus composiciones poéticas, sino también a su carácter luchador y comprometido que la llevó a defender el derecho de las mujeres a la educación y la unificación de nuestro continente.
Tan importante como su poesía fue su labor como pedagoga y diplomática, trabajando como cónsul y embajadora en distintos países de América y Europa, lugares donde siempre cumplió una gran labor de difusión cultural junto a los intelectuales más destacados de la época. Para ella la educación era más un arte que una ciencia, y el profesor un artista que va moldeando a los alumnos a través del conocimiento.
Murió el 10 de enero de 1957 en Nueva York, Estados Unidos, donde ocupaba el cargo de cónsul. Su cuerpo fue repatriado a mediados de año y sepultado en Santiago. Tres años más tarde, se le trasladó a #Montegrande, en el valle de Elqui, pues en su testamento dejó escrito: “Es mi voluntad que mi cuerpo sea enterrado en mi amado pueblo de Montegrande”.