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Matilde Throup Sepúlveda: el legado de la primera abogada de Chile

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Matilde Throup Sepúlveda: el legado de la primera abogada de Chile

En nuestro país, las mujeres fueron autorizadas para obtener títulos universitarios en 1877, mediante el Decreto Amunategüi.

Caracterizada por su determinación y valentía al convertirse en la primera abogada mujer que accedió en Chile a esta profesión, Matilde Throup Sepúlveda abrió el camino al devenir de las generaciones que le siguieron.

A diferencia de otras mujeres que han sido pioneras y que existen estudios sobre su vida personal y profesional, “lo que se sabe de Throup Sepúlveda, en este caso, son los datos básicos”, explicó Ariadna Biotti Díaz, historiadora.

Su travesía para obtener su título universitario comenzó cuando ingresó a estudiar a la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas —hoy en día Facultad de Derecho— de la Universidad de Chile, donde recibió el Bachillerato en dicha disciplina el 25 de mayo de 1891.

Según detallan los archivos históricos de la Universidad de Chile, a pocos meses de cumplir 16 años -el 6 de junio de 1892- Matilde obtuvo su Licenciatura en Leyes, convirtiéndose en la primera mujer chilena en recibir este grado universitario, lo que le permitió recibir el título de abogado, otorgado por la Corte Suprema.

Convertirse en abogada, fue el primero de los muchos desafíos en la vida de Throup, quien en búsqueda de ejercer su profesión libremente, libró varias batallas. Una de ellas fue cuando postuló al Juzgado de Letras de Ancud, cargo al que se le negó el acceso por ser mujer.

Matilde Throup fue una figura importante en el campo del derecho, en la medida en que también desarrolla una carrera que ella misma hace interesante y valiosa, pues postula al Juzgado de Bienes y Letras de Ancud y la Corte de Apelaciones de Concepción, y pide informes de derecho por estimar que por ser mujer no podía acceder a ese puesto», relata Biotti.

Throup apela a la Corte Suprema, ganando el caso y sentando un precedente con respecto al ingreso de mujeres a cargos públicos. «Ella abre el paso jurídicamente para que otras mujeres puedan ser notarios y conservadores de bienes raíces en otras partes del país», explica la historiadora.

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