Ya sea para fines recreativos o deberes propios del trabajo y estudios, cada día nos exponemos a pantallas de distintos dispositivos, lo que puede ocasionar cansancio ocular digital, que se manifiesta a través de problemas como ojo seco, prurito ocular, visión borrosa y dolor de cabeza, entre otros.
Un estudio de 2019, publicado en Ophthalmology, la revista de la Academia Americana de Oftalmología, ofrece más evidencia de que al menos parte del aumento mundial de miopes tiene que ver con actividades de trabajo, destacando dentro de ellas el uso de pantallas y el poco tiempo que se pasa a la intemperie (luz natural).
Lo anterior no es menor, considerando que se calcula que para el 2050 la mitad de la población mundial será miope. Otro dato: en Asia, hasta el 90% de los adolescentes y adultos son miopes, un alza dramática en las últimas generaciones.
Atendiendo a lo anterior, Eusebio García, Director médico de COP, señala que es importante que los adultos nos midamos en el tiempo destinado al uso de pantallas y que, en el caso de niños y adolescentes, también se monitoree cuánto las utilizan.
Agrega que existen varios estudios que demuestran que el uso excesivo de pantallas se ha asociado con problemas oculares, de obesidad y mala calidad de sueño.
El especialista entrega una serie de recomendaciones para mitigar el impacto que puede generar en la salud ocular la exposición a pantallas:
Parpadear: ayuda a hidratar los ojos. Cada 20 minutos de exposición a pantallas es conveniente mirar un objeto que esté de 4 a 6 metros de distancia durante 20 segundos, lo que obliga a los ojos a “reiniciarse”, reenfocarse y relajarse.
Lubricar: humectar los ojos con lágrimas artificiales durante el día y la noche, si se necesita, reduce la resequedad de estos. Si la persona utiliza lentes de contacto, es aconsejable que use gafas al llegar a casa.
Distancia: se recomienda mantener el computador o el escritorio a unos 60 a 70 cm del usuario y en un ligero ángulo hacia abajo.
Contraste y brillo: también es aconsejable ajustar la configuración del contraste y el brillo de la pantalla del computador, y evitar su uso en el exterior o en áreas muy iluminadas, donde el resplandor pueda crear tensión.
Además, una buena postura puede contribuir a la reducir tensión muscular y los dolores de cabeza asociados con la fatiga visual.
Más vida al exterior: es importante animar a los niños a salir o jugar al exterior, para que se expongan a la luz natural.
Un estudio de la revista de la Asociación Médica Americana determinó que cerca de 40% de los niños de 6 años que no pasaban tiempo extra al aire
libre desarrollaron miopía.
En otro grupo de niños que salían 40 minutos adicionales al aire libre todos los días, los investigadores encontraron que solo el 30% desarrolló miopía. Quienes pasaron más tiempo en el exterior, también requirieron menores correcciones visuales.
Factores que contribuyen a la miopía infantil
Las últimas en Chile apuntan a que 19,4% de los hombres y 14,7% de las mujeres menores de 15 años tienen este trastorno y se sospecha que creció a paso firme luego de la pandemia.
Si no se trata a tiempo puede traer graves secuelas de salud a corto y largo plazo, como visión borrosa o patologías como glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina y maculopatía miópica, que es potencialmente discapacitante y una de las principales causas de ceguera.
Dentro de este contexto y dada la importancia de la prevención y tratamientos en edades tempranas de la miopía, una de las innovaciones han sido los lentes de contacto MiSight® 1 Day para el manejo de este trastorno ocular, el cual se basa en el uso constante en niños desde los ocho años o menos.
Con esto se busca introducir un nuevo estándar de atención para niños con miopía, que estimule la práctica profesional del control de este trastorno y que apoye significativamente a los padres, ya que los lentes de contacto no solo actúan corrigiendo la visión de los niños con su uso, sino que también son una herramienta de prevención.
La clave es la prevención
Los cambios en el estilo de vida de los niños pueden retrasar la progresión de la miopía, lo que reduce el riesgo de miopía alta y sus complicaciones.
Por su parte, la genética cumple un rol muy importante, pero los factores ambientales son decisivos en la expresión y desarrollo de este trastorno.
Por ese motivo, hay dos acciones concretas recomendadas, reducir el tiempo dedicado a las actividades que involucren la visión de cerca y aumentar el tiempo que los niños pasan al aire libre.
En aquellos niños que utilizan dispositivos electrónicos, se recomienda realizar actividades donde se reciba el estímulo de la luz natural diurna por al menos dos horas al día, si los niños necesariamente deben usar cualquier dispositivo o pantalla es importante el descanso y por cada 20 minutos de trabajo 20 segundos de relajación mirando hacia lo lejos.
Igualmente es muy importante la protección de la radiación UV de los rayos solares durante todo el año, desde la infancia hasta la vejez. Además, es clave que los padres se acostumbren a consultar con un médico oftalmológico la calidad de visión de sus hijos, con el fin de detectar la miopía a temprana edad.
Cuando la miopía aparece en edades más tempranas, existe el riesgo de padecer una miopía más alta y los riesgos que esta condición pueden desencadenar en el desarrollo de la salud visual, si no tiene un tratamiento adecuado.