La propuesta cultural y educacional ha llevado libros a Rapa Nui, Chiloé y Calama.
Los libros permiten conocer otras realidades, crear nuevos mundos y también ser impulsores de cambios paradigmales en la vida de las personas. Más aún cuando de niños estos nos abren infinitas posibilidades de creación y aventuras. Es en este escenario que en exclusiva, #EsHoy conversó con Juan Eduardo Oda, escritor de “El susurro de las estrellas” obra con la que junto a la Fundación Cámara Mágica pretenden llevar este libro a más de 1.000 estudiantes del Valle de Elqui, buscando sumergirlos en la lectura a través de la promoción de la cultura local.
Famoso por sus relatos en LinkedIn, Juan Eduardo Oda, ingeniero electrónico y magíster en Finanzas, es un serenense enamorado del Valle del Elqui, quien encantado por la mística y tradición literaria de la zona ha decidido contribuir desde su imaginación a la potente iniciativa educativa de la fundación. Con más de cinco décadas a su haber, hace años dejó la tierra de las estrellas para embarcar rumbo a Santiago, ciudad donde nacieron sus hijos, pero que sincera “con todo lo que significa vivir en una capital, llegar al Valle es una vuelta de tuerca muy relevante para ellos”.
Tanto para él como para tantos otros visitantes del valle de las estrellas, la zona es un punto de encuentro, curiosidad y conocimiento. Esas fueron algunas de las características que trató de plasmar en el cuento infantil que hoy por fin ve la luz en su etapa de pre-venta. “El susurro de las estrellas” es una obra que cuenta la historia de Cay, niña que vive junto a su abuela, y que tras perderse por los cerros del valle mágico y pasar una noche en la intemperie descubre uno de los secretos mejores guardados de los cielos estrellados del lugar.
“Es un libro que está muy asociado con la capacidad de curiosear y la de sentir algo superior. Si eres curioso, ese don de buscar cosas distintas, la vida es mucho más simple. Porque la vida es algo que te obliga a innovar constantemente”, afirma el autor en la conversación.
Sin embargo, esta obra no solo tiene de interesante la propia historia que se desenvuelve en la región de Coquimbo, sino que la motivación para crearlo va mucho más allá. Detrás de la producción está Fundación Cámara Mágica, una organización sin fines de lucro premiada a nivel internacional dentro de los 100 mejores proyectos de innovación en educación del mundo, cuyo foco se centra en la creación de cortometrajes y libros de importancia cultural y social para los territorios.
La iniciativa
“Donar 1.000 libros a niños de 1º a 5º básico estudiantes de escuelas municipales del Valle del Elqui para reforzar sus habilidades de lectura” es la premisa que persigue la fundación con este proyecto literario que producen junto al autor y la ilustradora Nicol Mejías, Doctoranda en Ingeniería en Alimentos y Bioprocesos también oriunda de la capital regional.
Bajo esta línea, cada compra del libro que se consiga a través de la página de la fundación será utilizada para que un estudiante del Valle tenga su primer libro propio. Al respecto, Oda argumenta que “lo que acá se busca es generar un libro muy bien hecho, con muy lindas ilustraciones, escrito con mucho cariño para que los niños puedan tenerlo en sus manos y sea ojalá su primer libro y también este resorte a amar la lectura”.
Es en esto último que el ingeniero puntualiza en la importancia de gestar un amor por la lectura. “A nivel país es muy importante, si uno habla de los analfabetos funcionales, gente que sabe leer pero que no entiende lo que lee, estamos hablando que es más del 55% de la población de Chile y, claramente, en un país donde hay más de 520 mil ninis, o sea, personas que ni trabajan ni estudian, la lectura básicamente lo que te entrega es algo, que en general, los colegios no son capaces de entregar, que es el amor al conocimiento”.
Sobre ello, lanza la crítica al actual sistema educacional donde señala que los establecimientos “enseñan a estudiar, a memorizar, a recalentar la prueba, pero el amor por el conocimiento es algo mucho más difícil y que debería ser la prioridad de los colegios”, acotando que el acceso a los libros por parte de los niños y niñas hace que se “enamoren de las palabras, de las frases, de esta cocina mágica que es escribir”.
Volviendo al arduo desafío de conseguir las ventas para concretar la entrega de los 1000 ejemplares, el autor ve esperanzado que se supere la cifra.“Llevamos una semana y ya prácticamente la mitad de la primera edición ya está digamos que vendida y eso claramente te da un impulso para seguir haciéndolo. Aparte que la gente lo lee y te dice “ah pero acá no te estoy comprando un libro, te estoy comprando una idea”, algo que se va a proyectar en los niños y eso le hace mucho sentido”.
El proceso creativo
Fue un 8 de diciembre de 2020 que Juan Eduardo recuerda que Cecilia Anríquez, directora de la fundación, lo contactó para ver la posibilidad de realizar la obra, señalando que anteriormente ella había leído alguno de sus escritos en redes y le pareció que su pluma podía ser un buen aporte para la iniciativa.
“Cuando ella me contó esto de que buscaba compartir cultura lo que hicimos fue básicamente decir que sí. Uno frente a un ofrecimiento tan hermoso, no tiene la posibilidad moral ni humana de negarse. Para mí es un sueño saber que un libro escrito por mí e ilustrado bellamente por Nicol va estar en la mano de cientos y ojalá miles de niños del Valle de Elqui”.
Inspirado en su hija más pequeña, “me llevó a pensar cuál es la fábrica de la poesía y cómo esa fábrica se asocia con el Valle de Elqui. Escribir un cuento es muy complejo, porque tienes que poner muchas ideas, mucha emoción en poco espacio, en pocas palabras”.
Ante estas preguntas, un día la ampolleta se iluminó de forma inesperada “desperté con la idea y no la solté hasta que estuvo el libro escrito. Este libro no es una consecuencia de haber trabajado varios días en escribirlo, fue consecuencia de haberlo pensado varios días y haberlo escrito muy concentrado, muy encerrado, ensimismado por solamente un par de horas”.
Finalmente, Oda quien está fascinado por que más personas puedan enamorarse de esta cruzada, garantiza que “no hay idea más linda que regalar libros en un país como Chile, en donde hay tantas necesidades culturales, regalar cultura es regalar un futuro mejor”, prosiguiendo en esta línea, especialmente para aquellos hijos del valle de las estrellas “creo que es un libro que al menos para la gente del Elqui le va a hacer mucho sentido, porque todos crecimos en el valle con las estrellas, con algo que no toda la gente lo tiene”.
“Creo que uno tiene que rescatar las maravillas de cada lado y eso es lo que trata el libro, de rescatar la curiosidad, entregar la poesía, un buen texto que de alguna manera sea un trampolín para los niños en este deseo de ser más increíbles, tener emociones y vivir de mejor manera”, cierra el escritor.