Por: Carola Naranjo Inostroza, Antropóloga, Psicóloga, especialista en género y políticas públicas. Directora Académica de Consultora Etnográfica y Docta Academia.
Culpar a las victimas de violencia de género es un clásico, algo habrás hecho para merecer la agresión. Hay que decirlo fuerte y claro en materia de violencia contra las mujeres las víctimas nunca son las culpables.
Una mujer debe evitar vestirse provocativamente para ser victima de acoso 22,2%, una esposa/pareja no debería contradecir la opinión de su esposo/pareja 9,5%, la vestimenta de la mujer y su forma de maquillarse debe ser aprobada por su esposo/pareja 7,5%, estos datos que tienen un alto nivel de acuerdo nos arroja la Encuesta ENVIF-VCM, SPD,2020.
Con menor nivel de acuerdo, no obstante, persisten estas creencias que se atreven a declarar las propias mujeres: una mujer debe tener relaciones sexuales con su esposo/pareja, aunque ella no lo quiera 1,9%, es aceptable que el hombre agreda a su pareja en caso de infidelidad 1,2% y las mujeres deberían aceptar maltrato por el bien de su familia y de los hijos e hijas 1,0%, datos de la misma encuesta.
Un hecho está claro gran parte de las mujeres victimas están convencidas que ellas son culpables de la dinámica violenta en la que están o estuvieron, lo que es reforzado constantemente por la sociedad, por los medios de comunicación, por las costumbres, por los valores y por la cultura.
Este problema repercute terriblemente en la atención y reparación de las víctimas, debido a que sus procesos psicológicos están profundamente afectados por esta creencia, lo que hace que no solo no se den cuenta que están sufriendo violencia, sino que también interfiere con el inicio de su camino de reparación, inmovilizándolas por el sentimiento de culpa. Entonces primeramente debemos liberarlas de la culpa.
Por otro lado, muchas de las victimas están firmemente convencidas que sus trastornos psicológicos, sus miedos, sus ansiedades, sus angustias, vienen de antes y que debido a eso es que ellas fueron victimas, ósea que como estaban mal fueron victimas, otra vez tienen la culpa. Este punto es muy importante porque desde una psicología feminista siempre debemos tener claro que lo que originó sus problemas psicológicos fue la violencia y el propio agresor. Liberarlas de la culpa.
En este día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, para comenzar un camino de atención y reparación, hacemos presente compañera, hermana, amiga, mamá, hija, abuela, prima, cuñada, vecina que, si estás bajo maltrato y agresión o si lo estuviste, nunca, absolutamente nunca es tu culpa. Es culpa del patriarcado y del agresor siempre.