El tatuaje ha estado históricamente dominado por hombres. Pero desde hace algunos años cada vez más mujeres crean un espacio propio en este territorio.
Negros, simbólicos, de colores o para recordar momentos importantes. Los tatuajes pueden ser una estilosa marca personal, una pieza de arte en tu cuerpo. Por eso es imprescindible elegir bien a la persona, conociendo las normas sanitarias y también el trabajo artístico que él o ella realicen.
Así es, porque cada vez son más las mujeres tatuadoras en Chile, quienes han enfrentado el estigma que se le tiene a los tatuajes y la discriminación por trabajar en un mundo «tradicionalmente de hombres», demostrando su capacidad y empoderamiento.
Y una de las grandes exponentes es Natalia Sofía Hidalgo Tapia (36), más conocida como “La María Tattoo”, artista que reside en La Serena que destaca por la magia en sus manos, expresada la hora de plasmar historias o diseños significativos en la piel de sus clientes y su trabajo ha sido destacado a nivel continental.
“Antes de caminar yo ya dibujaba, según lo que cuenta mi mamá y que aún conserva los dibujos”, relata Natalia, quien viene de una familia de pintores y fotógrafos, por lo que siempre tuvo el apoyo incondicional de ellos, un eje importante para seguir sus sueños.
“La pasión por el arte viene de familia (…) está en la sangre y en los hábitos que tuve desde niña, o sea, dibujé toda mi vida y eso es muy importante”, confiesa.
A los 14 años se hizo su primer tatuaje con un primo, ahí nació su pasión por este mundo lleno de tinta, agujas, diseños y máquinas. Luego siguió de cerca revistas donde aparecían mujeres con tatuajes admirando a cada una de ellas.
Seguidamente, en su juventud, al egresar del colegio estudió diseño y después se fue a Argentina a estudiar fotografía. De hecho, fue en la etapa académica cuando nació su seudónimo, pues se lo exigían en la carrera de ilustración y decidió honrar a su abuela materna, María.
Al otro lado de la cordillera se acercó aún más a los tatuajes, ya que trabajó en un estudio lo que sirvió para aprender más del rubro, desde cómo administrar un local hasta como atender al público, aunque aclara que no incursionó tatuando.
En conversación con #EsHoy, cuenta que su especialidad con las tintas es el realismo, retrato y realismo en grises. Entonces, ¿cómo empezó a tatuar? En el país trasandino, la artista conoció a un amigo que la inspiró a perfeccionarse constantemente, “yo creo que el tener estudio es muy importante para ser tatuador y así tener éxito, (…) es fundamental manejar las bases del dibujo, de la pintura y el tema del color”.
“Soy madre antes que tatuadora”
Natalia Hidalgo tiene dos hijos, es madre soltera y al igual que muchas mujeres debe compatibilizar los tiempos de cuidado con los de su trabajo. “Siempre lo he dicho que yo soy madre antes que tatuadora, o sea, agradezco al tatuaje de todo lo que me ha brindado, me ha dado la capacidad de ser una persona independiente, pero mis hijos están primeros”, sostiene.
Asimismo, menciona que actualmente no es mucho el tiempo que le dedica a su trabajo y ha tenido que pausar algunos proyectos, pues espera que sus hijos crezcan. “Y cuando ellos estén más independientes yo probablemente me dedique a la pintura y al tatuaje igualmente”, detalla.
En este sentido, Hidalgo reflexiona y apunta que “hay una diferencia muy grande entre los tatuadores hombres y las mujeres, porque nosotras desempeñamos un rol maternal, desde el embarazo hasta la crianza y todo eso tiene desventajas en el trabajo. El hombre puede dedicarse 100% al oficio, pero para la mujer tiene estas limitaciones”.
Machismo en la industria del tatuaje
Al revisar los trabajos que ha realizado “La María Tattoo” no hay duda de la calidad de su trabajo y así también lo reconocen sus clientes a diario en las redes sociales. Sin embargo, Natalia confiesa que “he sido víctima de la misoginia de otros tatuadores, descalifican mi trabajo por el solo hecho de ser mujer (…) fui de esa oleada de tatuadoras que llamaron mucho la atención eso nos destacaba por sobre los hombres y eso a ellos les generaba un resentimiento”.
Afortunadamente, ella dejó atrás todas esas malas experiencias, y ahora está rodeada de gente que valora su trabajo y la respeta. Y es que bien dicen que de lo malo siempre se aprende, por lo que ella toma como un reto cada vez que alguien le dice que no puede pues se esfuerza todavía más para lograrlo y así demostrarles a todos lo capaz que es de lograr lo que se propone.
El trato con sus clientes
En cuanto a la relación con sus clientes a la hora de plasmar su arte, Natalia destaca que “he encontrado en el público femenino mucha complicidad, me favorece mucho, me encanta la energía de las mujeres porque llegan con mucho respeto acá”.
No obstante, “La María Tattoo” admite que hay hombres que dudan de su capacidad profesional por ser mujer. “Por naturaleza, ellos quieren dominar en todo y me toca frenarlos, y decirles ‘mira si estás acá tienes que confiar en mi trabajo, que ya no puedes imponer en este lugar, acá domino yo, porque yo te estoy atendiendo, yo te estoy haciendo el tatuaje”, detalla entre risas.
¿Quiénes se tatúan más?
Los tatuajes entre el grupo masculino suelen ser mucho más grandes y visibles que entre el femenino, por ejemplo, son más del león o tigre. Por su parte, ellas prefieren los diseños más íntimos, minimalistas y de tamaño más pequeño, como mariposas, corazones y nombres, según revela Hidalgo.
Pero ¿quiénes les temen más a las agujas? “La María Tattoo” nos explica que “en este aspecto las mujeres son muchas más miedosas, pero fisiológicamente ellas tienen mucha más tolerancia al dolor”, lo dice con orgullo para dar paso a algunas anécdotas que ha presenciado: “viene una mujer con algo de miedo a tatuarse por primera vez y cuando siente las primeras líneas de la aguja, se ríe y ahí dice que esto no es nada”.
Tiempos de cambios
Si hace algunas décadas los tatuajes eran considerados una práctica reservada para grupos más transgresores, actualmente esta visión está cambiada. Los chilenos hoy tienen una mayor apertura hacia lo nuevo y lo diferente, según distintos estudios y encuestas del país, las personas están cada vez más abiertos a aceptar prácticas hasta hace un tiempo cuestionadas, como los tatuajes.
“Es muy gracioso porque yo tatúo muchas mujeres adultas (…) ellas vienen con una actitud muy de que esto ya no es tema, muy asumidas. Las mujeres mayores que yo he atendido son personas con mucho carácter y una personalidad muy juvenil”, argumenta Hidalgo.
El largo camino de emprender
Todo este recorrido no ha sido fácil, cuando Natalia fue madre decidió abandonar Santiago para llegar hasta La Serena para darles una mejor calidad de vida a sus pequeños, pese a no tener una red de apoyo en la zona.
“Fueron momentos duros, de mucha escasez económica, incluso viví en una toma cuando llegué acá y me tocó surgir después de todo”, declara algo emocionada. “Por eso le debo mucho al tatuaje, por eso cuando uno hace lo que ama y lo transforma en su trabajo, pasa por periodos, o sea, lo odias un poco, pero también sabes que lo amas, básicamente una relación de amor y odio con este arte”, asume la artista.
En la actualidad, tiene un domo que es su estudio donde a diario recibe a nuevos y antiguos clientes, pero claramente no fue fácil materializar este sueño. “Es muy difícil si uno no viene de una familia adinerada (…) tener logros es a costa de mucho sudor y trabajo, yo en algún momento trabajé de domingo a domingo, y significaba estar disponible en cualquier horario”, comenta.
En este contexto, el “boca a boca” de los clientes ha sido una de las herramientas claves para masificar su trabajo, debido a que “la gente queda satisfecha con mi trabajo y me publicitan entre sus amigos. Ellas esperan un buen trato y eso es lo que marca la diferencia”, resalta.
En tanto, las redes sociales han amplificado aún más su arte. “Cuando fui elegida como una de las 5 mejores tatuadoras en Latinoamérica por una revista, yo me enteré dos años después, cuando alguien me envió la entrevista y en ese tiempo me llegaba mucho público a mis redes sociales y yo no sabía por qué. Me ayudó mucho porque mi carrera estaba siendo bien precaria y eso me impulsó”, recuerda entre risas.
Convertir su sueño en una realidad no ha sido tarea fácil, sin embargo, la determinación, constancia y responsabilidad de Natalia Sofía Hidalgo Tapia acompañado de su talento observado en su técnica impecable, fueron suficiente para que en la actualidad sea de una de las tatuadoras más destacadas del territorio nacional.