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Estudio CNTV revela que la TV abierta pierde audiencia mientras se consolida el consumo de servicios de streaming

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Estudio CNTV revela que la TV abierta pierde audiencia mientras se consolida el consumo de servicios de streaming

Las redes sociales se convirtieron en la segunda vía de comunicación más utilizada para informarse.

El Consejo Nacional de Televisión, a través de su departamento de Estudios, dio a conocer un revelador estudio sobre los hábitos de consumo de medios y su influencia en las personas. Según la investigación “TV, Convergencia de medios y cambio social” que recoge los datos de diversos estudios realizados por el CNTV, la televisión tradicional ha ido perdiendo audiencia en forma sistemática, durante los últimos diez años, lo que incluye a los servicios pagados de cable o satélite.

Entre 2011 y 2021, la televisión abierta perdió 575.600 televidentes, medidos por el reach o alcance que registra el sistema de medición de audiencia conocido como rating. Si bien en 2020 hubo una pequeña alza del alcance debido a los encierros motivados por la pandemia, el alcance de la TV volvió a caer en el año 2021. El único grupo etario en que la televisión abierta ha ido sumando audiencia es el de los mayores de 65 años. En todos los otros grupos se constata una fuga, siendo ésta más significativa entre los jóvenes menores de 24 años.

Con todo, la televisión abierta sigue siendo la principal fuente informativa, donde casi un 72% de la población declara usarla para informarse. Le siguen de cerca las redes sociales, las que son declaradas por un 70% de la población como una fuente informativa relevante. Es notorio hacer presente que en 2017, sólo un 26% señaló que se informaba a través de las redes sociales.

Así mismo, la TV también pierde influencia. Mientras un 30% considera que la televisión es el medio que más influye en la opinión, un 60% estima que las redes sociales son las que más influyen “sobre lo que piensa el común de las personas”.

Según el estudio, un factor que podría incidir en este fenómeno es la confianza, donde la nota promedio que recibe la TV es de 4,09 en una escala del 1 al 10. En dos investigaciones realizadas por el CNTV, la X Encuesta Nacional de TV de 2021 y el Estudio sobre la Confianza en TV de 2022, se aprecia que la TV figura como el medio menos confiable para informarse, por debajo de la radio, las redes sociales, los diarios y los canales de televisión de pago.

Es paradójico que la vía más utilizada para informarse tenga los más bajos niveles de confianza, lo que da cuenta de una insatisfacción clara. Los factores que más parecen incidir sobre la confianza son: la percepción de pluralismo –desde la variedad de contenidos hasta la diversidad de voces en la discusión pública -; la capacidad de la televisión para ofrecer futuros optimistas; y la valoración de rostros televisivos opinantes e interpeladores.

La baja confianza indica que existe una demanda insatisfecha en relación al pluralismo y una percepción de que la televisión exacerba o tiende a focalizar los aspectos negativos o violentos de la información que se entrega: por ejemplo, la delincuencia, noticias sobre la pandemia o información de permanente crisis económica, entre otros. Las personas de más edad tienden a confiar más en la TV abierta que los jóvenes.

 La irrupción tecnológica

Uno de los datos relevantes del estudio ha sido la enorme penetración que han tenido los servicios de streaming en el consumo televisivo. Si en los estudios realizados por el CNTV en 2014 sólo un 2,4% de la población declaraba tener un servicio de streaming, en 2022 la cifra se eleva a un 42,4% de los hogares. Además, el promedio de plataformas contratadas por hogar es de dos servicios. En tanto, un 45% declara también usar alguno de los servicios gratuitos de streaming.

La satisfacción de los usuarios con los servicios de streaming es muy alta, alcanzando un 80% durante 2021. Esto contrasta con la satisfacción declarada sobre la televisión abierta, que llega sólo a un 24%. En tanto, la televisión por cable o satélite cuenta con un 42% de satisfacción por parte de los usuarios y la tv local o regional, sólo un 20%.

El mayor equipamiento tecnológico de los hogares está relacionado con los cambios de hábitos. El teléfono inteligente se ha vuelto prácticamente universal, con un 90% de los hogares que declaran tener al menos uno de estos aparatos. Un 74% declara tener un televisor inteligente y un 61%, un computador móvil. El 61% de la población declara ver contenidos audiovisuales en su teléfono móvil.

Según señala el estudio “estos altos niveles de equipamiento no son un hallazgo nuevo, sino desde casi una década, lo que ha ido impactando la forma de ver televisión, vale decir, había un cambio de hábito. Esto incluye un cambio desde un consumo en compañía, básicamente familiar, a una forma más individual”.

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