Asociamos un nombre con una calle casi por costumbre, pero no tenemos remota idea de quién fue el personaje en cuestión e incluso muchas veces no sabemos como se llama y solo la indicamos por un punto de referencia, por ejemplo, “la calle del Ripley”.
La Serena está llena de historia, por eso, a continuación, en #EsHoy te contamos el origen de los personajes que dieron los nombres a cuatro calles de la capital regional:
Pedro Pablo Muñoz
Nació en la ciudad de La Serena el 29 de junio de 1828. Condujo la “Sociedad de la Igualdad” (1851) en la región siguiendo el espíritu de Bilbao, y, luego, reunió a los trabajadores en la Sociedad de los Artesanos de La Serena (1864), a pesar de encontrarse exiliado.
Fue uno de los fundadores del Partido Radical; elegido Concejal de La Serena y, más adelante, reiterado Diputado de la República en representación de Coquimbo.
Fue empresario denodado y creativo: fundó un puerto de embarque en Totoralillo Norte, se arriesgó con la extracción mineral en La Higuera e incorporó métodos de vanguardia en la fundición del cobre, y contrató a cientos de trabajadores en sus faenas. Creó riqueza, abrió caminos y conectó a pueblos.
Repartió su riqueza. Creó escuelas, hospitales, casas de acogida y ayudó a viudas y huérfanos de las contiendas militares. Fue mecenas: financió a pintores, escritores y diarios de la Región.
Vicente Zorrilla
Nació en La Serena en 1823. Muy joven ya era un poderoso industrial. En 1851 participó en los conatos revolucionarios de la ciudad, pero salvó de ser exiliado, según detalla el libro Gente de La Serena de Fernando Moraga.
El mismo texto indica que durante ese lapso, Zorrilla fue nominado Diputado y Regidor. En esta última función, tras la ocupación de la ciudad que en 1859 hizo el ejército de Pedro León Gallo, asumió como alcalde e Intendente, declarando que la ciudad permanecía abierta y no se plegaba a ningún bando.
Debido a todos los hechos de la revolución no pudo concurrir a su juramento de Diputado por el período 1858 – 1861, por lo tanto, fue reemplazado por Domingo Santa María.
Dejó una de las mayores fortunas que se conoce en la región.
Eduardo de la Barra
Figura literaria, política y docente. Aunque nació en Santiago en 1839, se le considera serenense de adopción por haber vivido gran parte de su niñez en la ciudad.
Fue profesor del Instituto Nacional y fundador del Círculo de Amigos de las Letras en 1859. Graduado como Ingeniero Geógrafo en 1869.
En 1860 fue secretario de la Sociedad de Instrucción Primaria, Rector del Liceo de Valparaíso, donde cumplió su labor más fecunda.
En 1882 fue enviado como ministro plenipotenciario de Chile en Uruguay y Paraguay, en donde le tocó cumplir la difícil misión de obtener la no concurrencia de este último país al Congreso Americano, donde se pensaba condenar a Chile después de la Guerra del Pacífico.
Fue exiliado durante la revolución de 1891 y trabajó como inspector y visitador de colegios en Argentina.
Gregorio Cordovez
Nació en La Serena el 24 de abril de 1783. Figuró en la política desde 1810. Asistió a las campañas de la Independencia. Hizo la expedición de Coquimbo. Siendo Alcalde de La Serena, fundó el Liceo en 1821. Su primer nombre fue Instituto Nacional Departamental de Coquimbo, desde el año 1972 se llama Liceo Gregorio Cordovez en honor a su fundador.
El 13 de diciembre de 1824 presentó al Congreso una moción declarando nula la Constitución de 1823.
Fue miembro de la Asamblea Provincial de Coquimbo de 1823 y vicepresidente de la misma en 1825.
Elegido Diputado por Elqui y Cutún para el período de 1824 a 1825, integrando la Comisión de Comercio, Agricultura y Minas.
En 1826 fue designado presidente de la Asamblea Provincial de Coquimbo, ejerciendo desde el 9 de febrero al 16 de marzo de 1827, y del 20 de julio al 3 de septiembre de 1827, participando como Diputado por Elqui.
Posteriormente fue presidente de la Asamblea Provincial de Coquimbo en 1829, participando como Diputado por Huasco y Freirina