Han pasado 53 años desde la llegada del hombre a la Luna, hazaña histórica donde Neil Armstrong proclamaba “es un pequeño paso para un hombre, y un gran salto para la Humanidad”, sin siquiera pensar que estaba poniendo pie en territorio de un chileno”. Más de diez años antes del aterrizaje del Apolo 11, en el año 1954, el abogado chileno Jenaro Gajardo había proclamado ser dueño del satélite natural.
Oriundo de Talca y creador de la “Sociedad Telescópica Interplanetaria” quien entre sus principales objetivos contemplaba la creación de un comité de bienvenida para los primeros visitantes extraterrestres, el abogado reclamó por más de 40 años ser el legítimo propietario de la Luna, contando con un título de propiedad inscrito ante el Conservador de Bienes Raíces de su ciudad, dejando así constancia de sus derechos sobre el satélite.
En ese entonces, la legislación chilena le permitió solicitar un título sobre una propiedad no reclamada, oficializando su petición. En una entrevista con Don Francisco en 1989, el abogado explicó que “el conservador me dijo: sabes Gajardo, la Luna tiene dimensiones, tiene deslindes y pertenece a La Tierra, tú coloca los avisos y si nadie se opone, yo te doy la inscripción“.
Jenaro público por tres días consecutivos un anuncio en el periódico local y por un mes esperó pacientemente a que alguna persona estuviese en contra de su insólita petición. Al no existir ningún manifestante en contra de ello, gastó 42 mil pesos – de ese tiempo – para inscribir la escritura y concretó las publicaciones necesarias en el Diario Oficial.
Misión Apolo 11
Otra curiosidad en esta historia, es que el agregado cultural de Estados Unidos en Chile a fines de la década de 1960, le entregó un mensaje del ex Presidente Richard Nixon en la antesala de la misión del Apolo 11. La solicitud del país norteamericano buscaba solicitar al chileno la llegada del hombre a la luna. Como era de esperar, Jenaro no se opuso a ello, a pesar la petición no fuese formal y se habría gestado como una particularidad ante la repercusión de su reclamación a nivel internacional.
La particular historia no terminaría acá, ya que el talquino contó en una oportunidad que el Servicio de Impuestos Internos lo citó por lo tributos que supuestamente adeudaba al Estado por ser dueño del satélite natural.
Finalmente, Jenaro Gajardo falleció en 1998 y según su testamento, habría dejado el satélite natural como herencia a todos sus compatriotas.
Ahora ¿De quién es la Luna?
En julio de 1984 en una actualización del Tratado del Espacio de 1967, se estableció en el artículo 2, que la Luna y todos los cuerpos celestes del Sistema Solar, son Patrimonio común de la Humanidad.
Nota originalmente publicada en 2019