El país, en casos nuevos reportados, es seguido por Bolivia, Brasil y Costa Rica.

Por Vicente Ossandón

Se estima que en Chile viven 77 mil portadores del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), de acuerdo al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA). A partir del 2010, estas cifras se han incrementado de forma acelerada en el territorio, logrando un peak de 6.948 infectados registrados en el 2018. 

En cuanto al ámbito regional, las cifras no son alentadoras. Según el último boletín epidemiológico, emitido en el primer trimestre del 2019, la Región de Coquimbo notificó 207 nuevos portadores, aumentando considerablemente la cifra de 2018, donde se registraron 118 casos en el mismo periodo de tiempo.

Es así que, la situación mantiene en alerta a las autoridades sanitarias, instituciones públicas y organismos no gubernamentales quienes velan por la educación y prevención de la sociedad sobre esta permanente pandemia. 

¿Qué es el VIH?

La Organización Mundial de la Salud define al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como un agente que “ataca el sistema inmunitario y debilita la defensa contra muchas infecciones y determinados tipos de cáncer que las personas con un sistema inmunitario sano pueden combatir. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia”, evidencia la OMS.

En este sentido, el VIH/SIDA es denominado una pandemia en el mundo, puesto que cumple con los criterios de que su propagación se ha extendido por más de un continente y los contagios son transmitidos comunitariamente. Al igual que el COVID-19.

En cuanto a su descubrimiento, el virus se registró por primera vez en 1981 en Estados Unidos. Tres años más tarde, se identificó al primer portador en Chile del VIH, y desde entonces los casos no han parado de aumentar, como lo demuestra las siguiente gráficas producidas por estudios de ONUSIDA y del Instituto de Salud Pública de Chile, donde se abarca el periodo de tiempo desde los años 90 hasta el 2017.  Asimismo, un rango desde el 2012 al 2021. 

Organizaciones contra el VIH 

Un estudio realizado por la AIDS Healthcare Foundation (AHF) en Chile, demostró que, hasta el año pasado, los test de VIH aumentaron en un 500% en sus centros operativos de trabajo. Bajo el contexto de la conmemoración del “día del condón”, dieron a conocer que el año 2020, fueron 2.161 tests los realizados, mientras que en el 2021 aumentaron a 10.846 los exámenes de prevención contra el virus.

La AHF es una organización global sin fines de lucro destinada a brindar apoyo y atención médica a portadores del VIH y orientada a la prevención de este, la cual cuenta con una sede en nuestro país.

Además, la misma fundación sin fines de lucro, dio a conocer otra cifra en contraste con el aumento de los casos de VIH, pues confirman que la entrega de condones en sus centros creció considerablemente, llegando a los 134.933 preservativos proporcionados. 

Durante aquella jornada del día del condón 2020, el cual nace en 2009 como una propuesta del AHF, Leonardo Arenas, Coordinador País de AHF Chile, manifestó su preocupación respecto a la relevancia que tiene esta pandemia de VIH para el gobierno chileno: ‘‘nos preocupa porque es una labor que el sistema público no está abordando. Recordemos que hubo una licitación del Ministerio de Salud que finalmente no se materializó, por lo que muchos establecimientos no tenían disponibilidad de test de VIH”.

Vivir con el virus

Además del contagio a través de relaciones sexuales sin preservativo, existen otras dos formas de transmisión, aunque en menor medida: por vía vertical, es decir, de una madre embarazada con VIH al hijo y por el hecho de compartir agujas con sagre infectada.

Cuando una persona contrae el virus, nunca dejará de portarlo, sin embargo existe un tratamiento antirretroviral para el VIH, el cual ayuda a reducir el riesgo de transmisión a otra persona y a mejorar la calidad de vida de un portador.

La medicación consiste en una variedad de fármacos anti-VIH que socorre a no desarrollar la conocida “resistencia”, es decir, la capacidad del virus de poder mutar y reproducirse.

Según la OMS, “si se toma correcta y permanentemente el tratamiento, la infección se puede controlar y tratarse como otras enfermedades crónicas. En todo el mundo hay personas infectadas por el VIH que están sobreviviendo hasta la vejez”.