La panadería y pastelería DulcePan cumplirá 6 años el próximo 13 de junio.
Por Alan Gajardo
Es difícil pensar en la Universidad de La Serena (ULS) sin asociarla con DulcePan, el cual es considerado por muchos estudiantes ulseanos como parte esencial del estudio. El icónico y querido local se acerca a su sexto cumpleaños, motivo por el que su administrador Andrés Silva, recuerda junto a #EsHoy, el origen de este emprendimiento, conmemorando el esfuerzo de su familia.
“En el año 2004 mi papá emprendió con la panadería Quijote, que por diferentes motivos no resultó como se esperaba, por lo cual terminamos cerrando. Las máquinas, hornos y mesones quedaron guardados por más de diez años”, explica.
Luego, Andrés tuvo la idea de reabrir el negocio cuando cursaba su último año en la universidad, gracias a que poseían los permisos sanitarios y máquinas. “No hubo demasiados problemas para seguir adelante, aunque mi padre sacó un pequeño crédito para poder partir, uniéndose al local tras quedar sin trabajo”, comenta.
En un principio, la idea era repartir su público entre estudiantes y vecinos, pero estos últimos disminuyeron mientras que la comunidad universitaria aumentaba, volviéndose sus principales clientes. Fue esta la razón por la que consideraron cerrar el local durante 2 años en medio de la pandemia, pues el administrador dice que sin los alumnos no tenía sentido mantenerlo abierto, así que terminaron optando por otras opciones como la plataforma PedidosYa, Uber Eats o un delivery propio, el cual abrió un canal de ventas que no estaban considerando, pero que les gustaría mantener.
Silva explica que la relación con los clientes de la ULS se ha ido dando de manera natural “a los chicos más antiguos los vemos todos los días, por lo que existe un lazo con quienes incluso ya están egresados. Los mismos estudiantes nos recomiendan en las bienvenidas universitarias y no hay mejor publicidad que el boca a boca, porque al final te lo recomiendan compañeros o amigos”.
Por estos motivos es que él también considera el DulcePan como parte de la tradición de la ULS, ya que aún ve como grupos de ex estudiantes siguen juntándose en el negocio para comer sus tan características chaparritas, igual como hacían hace algún tiempo cuando estudiaban, por lo que puede llegar a ser inevitable esbozar una sonrisa al oír ¿vamos al DulcePan?