Cada tercer sábado de febrero se conmemora esta fecha para concientizar sobre su peligro de extinción.
Comúnmente confundidos con un oso hormiguero o el perezoso, los pangolines son un tipo de mamíferos presentes en diferentes áreas de Asia y África. Si bien, para los occidentales podría sonar desconocido, este tiene las mayores tasas de tráfico alrededor del mundo y por ello la importancia de conmemorar su día, a fin de concientizar a la ciudadanía del riesgo que corre este animal.
En el planeta existen cerca de 5.750 especies de mamíferos vivientes, uno de ellos es el pangolín, nombre que nace de la palabra malaya “peng-goling”, cuyo significado es “uno que rueda arriba”, explica el Museo de Historia Natural de Chile. El término deriva del método de defensa que utilizan estos pequeños animales cuando se acurrucan formando una bola, en donde, las escamas sobresalen para generar protección frente a una amenaza.
De unos 140 cm y un peso aproximado de 10 kilos, los pangolines usan su olfato para rastrear a sus presas. Una vez localizadas utilizan sus poderosas garras para perforar los hormigueros y con su alargada lengua alimentarse de los insectos. Se estima que podrían comer hasta 70 millones de hormigas al año, lo que los convierte en elementos importantísimos en el control de poblaciones de insectos y, con esto, mantener la tierra aireada y fértil.
Resistencia al Covid-19
No son pocas las teorías que apuntan al presunto origen del Covid-19, pandemia que nos ha mantenido en vilo por más de dos años y que pareciera no acabar, pero ¿cómo es que se relaciona el virus con los pangolines?
Investigaciones recientes han explicado que la transmisión de un tipo de coronavirus, similar al Sars-CoV-2 podría deberse al traspaso del patógeno desde los murciélagos a los pangolines y tras esto, a los humanos. Esto en ningún caso significaría que los animales sean el origen del virus, sino, meros huéspedes secundarios del mismo.
Dado que, en el continente asiático es habitual el tráfico de animales exóticos, tanto para curar enfermedades como para servir de alimento, el pangolín es una especie sumamente codiciada. Sus escamas son altamente demandadas por el supuesto efecto que tendrían en el tratamiento del asma, el reumatismo o la artritis. Es allí donde podría haberse traspasado el patógeno, en su eventual consumo.
Sin embargo, hay una característica aún más sorprendente en estos mamíferos: su resistencia al Covid-19.
“En los vertebrados los mecanismos antivirales son activados por sensores de ácidos nucleicos virales. Las infecciones con virus, tales como los coronavirus, los virus de la gripe y el Ébola activan sensores de ARN específicos. En el caso de los pangolines varios sensores en su genoma se han desactivado, debido posiblemente a mutaciones que han resultado en una ventaja evolutiva para ellos, ya que reduce el daño que produce la infección al individuo, contribuyendo con una marcada resistencia a este coronavirus”, indican los expertos del Museo de Historia Natural.