Como cada 14 de febrero, este lunes se celebra un nuevo Día de San Valentín, también llamado Día de los Enamorados o Día del Amor. Alrededor del mundo, en esta fecha las parejas festejan el amor regalándose obsequios románticos, que van desde flores, peluches y chocolates, pasando por cenas y hasta viajes. Y aunque pocos enamorados la pasan por alto, la génesis de la celebración es algo confusa y con detalles sangrientos.
Las distintas teorías del Día del Amor
Como en toda celebraciones, no hay total consenso respecto a su origen, aunque la versión más aceptada tiene relación con una historia con ribetes macabros.
La leyenda remonta al siglo III, específicamente al año 273, cuando en Roma el emperador Claudio II prohibió contraer matrimonio a los jóvenes aptos para la guerra, supuestamente para que -sin lazos sentimentales- fuesen mejores soldados.
Ante tal medida, el joven obispo de la ciudad de Terni -ciudad ubicada a unos 100 kilómetros de Roma- habría casado a las parejas en secreto.
Tras ser descubierto por el gobernante, este ordenó su decapitación. Es así como fue encerrado a la espera de ser ejecutado.
Sin embargo, la historia dice que estando en prisión, el sacerdote de nombre Valentín se habría enamorado perdidamente de la hija ciega del carcelero, Julia, quien habría recuperado la visión gracias al amor.
Según History Channel, desde el encierro, el sacerdote escribió una carta a su amada firmando como “Tu Valentín”, pero el amor no lo salvó de su fatal destino, siendo decapitado un 14 de febrero. Para honrar su memoria, Julia habría decorado la tumba de su amado con un almendro. Más tarde, el papa Julio I ordenó construir una basílica en su honor sobre la tumba. Hoy sería lo que se conoce como la Basílica de San Valentino de Terni.
La otra historia: La fiesta de la lupercalia
Hay otros que apuntan a que esta festividad tiene su origen en la Iglesia Católica que lo instauró para contrarrestar eventos paganos de la antigüedad, como la de Lupercalia, que se celebraba entre el 13 y 15 de febrero.
El antiguo festival romano de Lupercalia ha sido uno de los primeros registros del término Día de San Valentín. Esta festividad se llevaba a cabo en la época pre-romana en honor a la fertilidad y que veneraba al dios Lupercus, cuya imagen característica es una cabra y simboliza la potencia sexual.
De acuerdo a lo publicado por National Geographic, durante esta celebración, las mujeres dejaban prendas en una caja, las cuales luego eran tomadas por hombres. Supuestamente, al sacarlas, el joven se emparejaba con la dueña del artículo durante un año.
En otro de los ritos, “jóvenes hombres, casi desnudos y vestidos con pieles, persiguen a las mujeres golpeándolas con tiras de piel de cabra para procurarles la fertilidad. Era una de las fiestas más desinhibidas de los romanos”, consigna
Sería así como por el siglo V, el papa Gelasio le habría quitado el título a Lupercus de “patrono de los enamorados” para dárselo a San Valentín.