No todos los tipos de violencia son físicos, pero si todos tienen un alto impacto en la víctima. En el caso de la violencia emocional, el agresor recurre a denostaciones, indiferencia, sarcasmos, burlas, manipulaciones, culpabilización, infringir miedo a través de amenazas leves, castigos a través del silencio, etc. El maltratador no siempre insulta o levanta la voz, de manera de no dejar evidencia tan explícita y así confundir a la víctima.
A diferencia de las agresiones verbales o físicas , la violencia emocional no es evidente, por lo que generalmente las víctimas no les dan credibilidad en una primera instancia. Es importante señalar que las consecuencias son igualmente graves que las de la violencia física, ya que el daño es progresivo y se traduce en heridas emocionales profundas que van directo a la autoestima de la víctima, quién pierde la capacidad para darse cuenta de la situación.
Una de las manifestaciones de este tipo de manipulación emocional es el «Gaslighting», el que es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva.
Si tú pareja te ha llegado a decir ‘estás loc@’, ‘no hagas dramas’, ‘por qué siempre estás a la defensiva’ y ‘de qué hablas’, repetitivamente, entonces debes prestar atención porque probablemente estás siendo víctima de gaslighting.