Primero, definiciones breves: técnicamente, poliamor significa múltiples amores y la poligamia significa múltiples cónyuges.

La gran mayoría de las personas vive amando a más de alguien dentro de su familia. Padres, hermanos, hijos e incluso amigos, comparten este sentimiento mutuo y natural, que nos permite vivir más felices.

Cuando hablamos del amor de pareja, automáticamente pensamos en dos personas y nos parece extraño escuchar o entender el poliamor, definido como la capacidad de poder amar a más de una persona a la vez, contando con el consentimiento y conocimiento de todos sus participantes.

Comparado a las relaciones afectivas que acostumbramos, nacen las siguientes interrogantes: ¿Es real el poliamor? ¿Es posible amar a más de una persona? La respuesta es un sí rotundo, pero aún existen prejuicios acerca de esta palabra.

Agustín Alvear-Blau, psicólogo, consejero sexual y de relaciones especializado en no monogamias, forma parte de PoliamorChile, organización creada con la idea de visibilizar y normalizar las relaciones poliamorosa. Él, al ser consultado si es posible amar a más de una persona, responde «Sí, es posible y siempre pasa. Muchas personas ven el amor como si se pudiese clasificar y por ende separar en ‘amor de pareja’, ‘amor de hijes’, ‘amor de padre’ etcétera. Pero el amor es amor, un mismo sentimiento, solo que luego se le van sumando otras capas, como, por ejemplo, cuando hablamos del amor de pareja, tenemos el amor de fondo y se le suma la atracción sexual, que es usualmente una capa que va ligada al amor, pero no siempre».

Si bien, en Chile no existe una medición exacta de cuántas personas son poliamorosas, esta tendencia se ha visibilizado con más fuerza estos años que otros anteriores y cada vez suma más adeptos que buscan un vínculo amoroso idóneo a sus preferencias. «Creo que las redes sociales han contribuido mucho a que se pueda visibilizar más. Esto, sumado a que las nuevas generaciones se permiten cuestionar los paradigmas en los que fuimos criades», señala Agustín.

Honestidad ante todo

Asimismo, aquellos y aquellas que buscan entablar una relación poliamorosa, tienen la ardua tarea de romper todas las estructuras que son conocidas del amor, y a lo que es la forma «correcta» o «sana» de vincularnos. De lo contrario, puede que los malentendidos den paso al sufrimiento del corazón. La mejor forma de conservarla es con una comunicación respetuosa y muy honesta.

Así lo señala Victoria Larraín, psicóloga y activista en temáticas de derechos sexuales y salud sexual en la organización Desex, la que explica que es posible tener, por ejemplo, una pareja bisexual y sentir inseguridad en esta relación poliamorosa, si es que ella se relacione con un hombre, siendo uno del sexo opuesto. Si esa inquietud no se explicita, tal vez por miedo, se pueden generar tremendos malentendidos, terminar pasando pésimo y salir a flote este lamentable discurso de -poliamor, yo hago lo que quiero- y al final se cae en dinámicas dañinas emocionalmente.

Finalmente, Larraín señala que los más importante para mantener este vínculo amoroso y poder visibilizarlo de forma adecuada es «comenzar por la educación sexual integral y afectiva, aquello que tiene que ver con la diversidad de vínculos. Más que solo afirmar que esto existe, se debería decir que esto existe, pero puede resultar muy mal, de la misma forma en que uno puede tener una relación monógama muy dañina (…) hace falta hablar de esto», sentencia Victoria.