Los abrazos, los juegos y la lactancia materna son clave para el fortalecimiento del sistema inmune, el desarrollo cognitivo y la salud de los niños
Abrazar a tu bebé es lo mejor, y no solo por su piel suave o su olor dulce, sino también por lo beneficioso que es para su proceso de apego, crecimiento y desarrollo.
Y así como acurrucarse, hablar y jugar con tu pequeño, son esenciales para su estimulación intelectual, estos actos también son instancias clave que te permitirán conocer más sobre sus hábitos.
«Mantener a tu bebé cerca puede ayudarte a empezar a entender sus señales de hambre y comodidad, lo que es sumamente beneficioso para su salud y bienestar», explicó el Dr. Oscar Hincapie, Director Médico Abbott Nutrición en Chile.
En este sentido, el profesional, explica algunos de los beneficios del apego, científicamente respaldados:
Fortalece su sistema inmune:
«El contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento, promueve la lactancia, así como también ayuda a establecer el suministro de leche materna, la que es muy importante para la formación de un sistema inmunológico saludable», indica el Dr. Hincapie.
«La leche materna es nutritiva y apoya el desarrollo del bebé de muchas formas. Una de ellas es a través de las sustancias bioactivas, tales como los oligosacáridos o HMO, los cuales son el 3er componente más abundante en la leche materna después de la lactosa y los lípidos. Estos probióticos apoyan el sistema inmune y constituyen aproximadamente el 10% de la leche materna», explicó el Dr. Hincapie.
Los prebióticos de la leche materna también alimentan las bacterias buenas en el intestino del bebé, lo que lo ayuda a mantener una buena salud digestiva. Esto es importante ya que el 70% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino1.
“Para las madres que por algún motivo no pueden amamantar en forma exclusiva, hay fórmulas disponibles con HMO. Antes, estos prebióticos solo estaban presentes en niveles significativos en la leche materna, pero actualmente existen fórmulas que proporcionan este componente».
Ya sea que estés amamantando, alimentando con fórmula o con lactancia mixta, el tiempo inmediatamente después del nacimiento es fundamental para transmitir las bacterias que aumentan la inmunidad de la madre al bebé. Para ayudar a estimular su microbiota intestinal, es importante tener el mayor contacto posible, piel con piel, durante las primeras 24 horas.
Apoya el desarrollo cognitivo:
Durante el primer año de vida, tu hijo está absorbiendo todos los sonidos y las imágenes que lo rodean, lo que le permitirán desarrollar habilidades de lenguaje y conversación.
“Durante este momento crítico, el cerebro del bebé está construyendo cientos de miles de conexiones neuronales por día, más rápido que en cualquier otro momento de su vida. Está preparando el terreno para el aprendizaje, la memoria y la capacidad de procesar información, que lo acompañaran hasta la adultez”, explica el Dr. Hincapie.
Las imágenes y palabras que el niño ve y escucha, crean oportunidades para desarrollar esas conexiones mentales. De hecho, una investigación de la Northwestern University muestra que la exposición al lenguaje humano durante el primer año de vida, fomenta mucho más que el desarrollo del lenguaje. También promueve el aprendizaje, las habilidades sociales y el desarrollo cognitivo de gran alcance2.
Facilita comprender sus necesidades nutricionales:
«Una relación cercana con tu bebé te ayuda a identificar sus señales de hambre o saciedad y ajustar su alimentación de manera apropiada», indica el Dr. Hincapie.
Buscar estas señales – como chuparse los puños, llorar o chasquear los labios – puede ayudarte a encontrar el mejor horario de la alimentación para así asegurar que tu pequeño esté recibiendo toda la nutrición que necesita para su crecimiento y desarrollo.
“Por otro lado, comprender las señales de que el niño está lleno – como morder, escupir el pezón o quedarse dormido – puede ayudarte a prevenir la sobrealimentación, que podría resultar en problemas digestivos”, señala . el Dr. Hincapie. Si tienes alguna inquietud sobre la alimentación de tu bebé, asegúrate de hablar con su pediatra o equipo de atención médica.
Y finalmente, apoya a tu bebé con refuerzo, estímulo y comunicación positiva en cada paso del camino. Esto, combinado con la vinculación, ayudará a que la relación con tu pequeño crezca en los próximos años.