La pandemia ha hecho que tanto jóvenes como adultos busquen nuevos formatos de entretención, aumentando el consumo de Streamers en las diversas plataformas e integrándose a comunidades creadas por los propios influencers.
A través del sitio web Twitch, los creadores de contenido han atraído a nuevos espectadores con sus transmisiones en directo de juegos como Call Of Duty: Warzone, League of Legends o Phasmophobia. Con el objetivo de fidelizar a sus seguidores y tener una comunidad que los apoye, los Streamers buscan la forma de conocer a sus seguidores más allá de la pantalla y darles un rol más activo en las transmisiones.
La página, propiedad de Amazon.com, permite realizar transmisiones en tiempo real, compartiendo contenido entretenido como arte digital, podcast o simplemente mostrando el día a día del influencer. Esto proporciona una instancia de interacción entre los usuarios, por medio del propio chat de Twitch.
Según datos transparentados por la misma plataforma, todos los meses se registra un promedio de 26,5 millones de visitas. En paralelo de Twitch, los streamers utilizan Discord como espacio comunitario, creando instancias de conversación fuera de la transmisión.
Sobre las implicancias de ser parte de una comunidad digital, en conversación con EsHoy, la psicóloga clínica, Catalina Sepúlveda Sáez, sostuvo que “antes de la pandemia las personas tenían más flexibilidad para salir y contaban con otros espacios para el entretenimiento y la socialización. Sin embargo, durante la pandemia, muchos espectadores recurrieron a los creadores de contenido para obtener apoyo para la salud mental”.
Pertenecer a las comunidades de streamers puede entregar aspectos tanto positivos como negativos. Sepúlveda mencionó que “los beneficios se ven cuando los demás se ríen o divierten, se activan las mismas neuronas de nuestro cerebro, como si fuéramos nosotros los que nos estuviésemos divirtiendo. Esas neuronas se conocen como “neuronas espejo”, y tienen directa relación con la capacidad de empatía. En cierta forma, la entretención de compartir una transmisión en tiempo real genera satisfacción que a su vez provoca un contagio social”.
La profesional también añadió que “además, la comunidad se puede convertir en un espacio importante para expresar creatividad, donde se establecen reglas, se asumen diferentes roles, etc. Este aspecto adquiere relevancia para las personas más introvertidas, a quienes les genera mayor estrés el socializar en el mundo fuera de línea, donde la comunidad podría ayudarlas a sentirse más conectadas socialmente, promoviendo el ´sentido de comunidad´ y supliendo de esta forma sus demandas de afecto en la medida que logran disfrutar de las interacciones y compartir”.
Respecto a las desventajas que pueden existir al pertenecer a este universo digital, la psicóloga comentó que «muchos espectadores buscan pertenecer, en busca de apoyo social frente a situaciones emocionales que pueden ser más complejas de lo que pensamos, si bien, los streamers ofrecen compañía y entretenimiento, no son especialistas en salud mental, entonces, estos espacios pueden ser un factor de riesgo cuando los espectadores comparten situaciones de origen emocional complejas o graves”.
No obstante, la experiencia de cada espectador es diferente. Ante esto, Sepúlveda añade que “la comunidad virtual es un espacio donde sus miembros se conocen, socializan y participan en relación a gustos, personalidad y estilo del streamer, esto hace que la transmisión sea una experiencia que aumente el sentido de comunidad”.
Cabe destacar que, luego del notable éxito de la plataforma morada, otros sitios web como Facebook Gaming, Trovo y Youtube, se han sumado al formato Streaming y visto una oportunidad en las transmisiones, adaptando su interfaz, funcionalidad e incluso pagando millonarias cifras a creadores de contenido para que emigren a sus plataformas.
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Por: Constanza Rodríguez Leiva
