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Exhaustos y sin respuesta: La realidad que viven pacientes renales en Ovalle

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Exhaustos y sin respuesta: La realidad que viven pacientes renales en Ovalle

El Hospital Provincial cuenta con una capacidad de atención de 60 personas con insuficiencia renal y las instalaciones necesarias, sin embargo, el centro de hemodiálisis se encuentra deshabilitado.

La actual crisis sanitaria por Covid-19, no es la única enfermedad contra la que se debe lidiar día a día. Desde que comenzaron los primeros contagios en el país, lamentablemente, se opacaron otros padecimientos que afectan diariamente a parte de la población chilena, tales como la diabetes y la insuficiencia renal.

Esta última, es una afección en los riñones que impide filtrar los desechos de la sangre, provocando diversos problemas de salud y que si no se recibe un tratamiento apto puede comprometer otros órganos, causando incluso la muerte. A raíz de esta condición, las y los pacientes que viven en Ovalle y deben dializarse, están sometidos a viajar a otra comuna para recibir el tratamiento adecuado, ya que el hospital de la ciudad se encuentra incapacitado para atender a estas personas por problemas en las bombas de agua.

Lilian Tapia es hija de Nilda Castillo, una de las pacientes que debe viajar a La Serena tres veces por semana con tal de recibir su tratamiento, lo que significa, para toda su familia, un desgaste tanto económico y emocional. Ambas residen en Sotaquí, pueblo ubicado al interior de Ovalle, y les resulta complicado trasladarse porque “ella vive a las afueras de la ciudad y usa silla de ruedas. Si bien el hospital le da un aporte de 24.000 mil pesos semanales, esto sólo alcanza para un día de tres”, señaló la hija de Castillo.

“Tiene que ir acompañada porque hay días que sale muy descompensada, yo como su acompañante tengo que dejar a mis hijos de 15 y 7 años solos, donde el grande debe hacerse cargo de su hermano. El hospital no ha dado respuesta de cuándo estará lista la diálisis del establecimiento, llevamos más de un año sin tener respuesta, lo que provoca un desgaste psicológico, físico y económico”, finalizó Tapia.

En la misma situación se encuentra Rossana Henríquez, quien recibe atención en Clinidial La Serena desde noviembre del año pasado, teniendo que viajar a la capital regional como gran parte de los y las pacientes de Ovalle. Para ella es difícil trasladarse día por medio, ya que debe dejar a sus hijos solos desde las 9 de la mañana, hasta las 7 de la tarde.

“Es un sacrificio bien grande para todos, porque yo me enfermé de la noche a la mañana y el primer mes me tuve que quedar en La Serena, arrendado un lugar, porque uno sale muy mal, sin poder movilizarse bien y con mucho líquido en el cuerpo, entonces yo caí en silla de ruedas. Desde ahí mi marido tuvo que pedir vacaciones, después licencia y él acompañarme”, comentó Henríquez.

“En el hospital nos controlan una vez cada tres meses y estoy luchando por una hora que tenía hace dos meses atrás, para mi control y analizar mi estado. Si no fuera por la clínica que todos los meses nos hacen exámenes, no sabríamos realmente en qué condiciones estamos, como están nuestros riñones, porque los controles en Ovalle son muy irregulares”, aseguró.

Triste e invisible realidad

Como forma de visibilizar la situación que viven las personas dializadas en la comuna, Carol Pasten Romero, hija de Uberlinda del Carmen Romero, paciente en diálisis, escribió una carta titulada «triste e invisible realidad» en donde entrega detalles de la compleja realidad. En el documento denuncia que «actualmente, el hospital de Ovalle no cuenta con Hemodiálisis, sin embargo y paradójicamente, existen 12 sillas,  las cuales servirían para 60 pacientes en diferentes turnos, pero estas nunca han funcionado por un problema estructural (bombas de agua). Por lo tanto, las personas enfermas que necesitan de la diálisis, deben trasladarse a diferentes clínicas ubicadas en La Serena«.

Además, indica en la carta que lo preocupante es que «muchos (pacientes) incluso se trasladan en bus, donde duermen un poco tras el agotamiento provocado por la diálisis o peor aún, con su cuerpo cansado y sin energías deben esperar en un terminal de buses. Estas personas corren el riesgo de descompensarse, situación que ya ha ocurrido, lo cual es tremendamente peligroso». Asimismo, añade el costo monetario que deben asumir por traslados «ahora, si damos a conocer el lado económico, la situación se torna más oscura. Los gastos monetarios en traslados de personas de sectores rurales y de Ovalle llega a ser entre $40.000  y $60.000 por un día de carrera, para llevar y traer a las personas».

Carol, a través de su cuenta personal de Facebook, publicó la carta señalada y videos con testimonios de otras personas que deben viajar hasta la comuna de La Serena en busca de su tratamiento. Ante esta iniciativa los y las pacientes, junto a sus familiares, se manifestaron a las afueras del recinto hospitalario de la capital provincial para dar a conocer su situación, la que lamentablemente no tuvo el alcance esperado.

A continuación la carta completa:

Por: Sebastián Castillo

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