El descubrimiento de la luz fue un hito importante para la humanidad, no obstante, el exceso de esta representa una amenaza para el mundo científico, la biodiversidad y la salud pública. Es por ello que el Ministerio del Medio Ambiente busca disminuir la contaminación lumínica a través de distintas propuestas graduales.
La zona norte de Chile, en especial las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo concentran el mayor desarrollo de astronomía, sin embargo, en los últimos años se ha observado un incremento de la contaminación lumínica. Este tipo de impacto ambiental corresponde a la alteración de la oscuridad natural de la noche, la que es generada por el uso desmedido de la luz artificial, la cual proviene de las luminarias de las calles, industrias, estadios o la publicidad. Lo que no solo perjudica potencialmente el estudio del cosmos, sino que también representa una amenaza para la calidad de vida de las personas y la fauna.
Las principales razones de esta problemática son la falta de proyectos sostenibles que consideren la tecnología adecuada para la iluminación de espacios y por los prejuicios que existen sobre la intensidad; siempre es mejor, cuando se trata de temas relacionados a la seguridad cívica. Al no dar soluciones eficaces a esta situación, se traduce en un gasto doble para la ciudadanía y el mundo científico, por lo que Christian Nitschelm, académico de astronomía de la Universidad de Antofagasta, en conversación con #EsHoy, comentó que “tiene un costo mayor el situar un observatorio en el espacio que en la tierra y podemos alcanzar diámetros más grandes en la tierra que en el espacio”.
La contaminación lumínica es un tema ambiental y social, pues genera diversos impactos en la salud de las personas y en la biodiversidad, por ejemplo, alterando los ciclos de sueño. Las aves también se ven afectadas en la forma cómo se alimentan, en su reproducción y en sus procesos migratorios.
Por otro lado, según un informe realizado por el Ministerio del Medio Ambiente afecta directamente la calidad astronómica de los cielos y el turismo de la macrozona norte, donde próximamente se concentrará el 70% de los observatorios existentes en el mundo. “Estamos perdiendo un patrimonio mundial que es la vía láctea”, añadió Nitschelm.
Ante esta situación el Ministerio del Medio Ambiente, lanzó una Consulta Pública que finalizará el próximo jueves 22 de julio con el objetivo de recaudar información y con la finalidad de extender la Norma de Emisión para la Regulación de la Contaminación Lumínica a otras regiones del país que no solo contemple Antofagasta, Atacama y Coquimbo.
Algunos especialistas señalan que esta es una buena iniciativa, pero que si se llega a incorporar en otras zonas del país se debe velar por su cumplimiento, ya que, si bien las regiones del norte cuentan con esta ley que se preocupa del cuidado de los cielos, aun así se puede observar una alta contaminación lumínica.
Además, estas propuestas deben ir acompañadas de la concientización de la ciudadanía y de las autoridades de la región. “Hay un problema de las personas elegidas a nivel político, que no quieren ver la importancia de la astronomía para el país. Al no llegar a un acuerdo los astrónomos van a salir de Chile y va a desaparecer un ingreso importante”, concluyó el académico.
Por: Valentina Garro Castaño