Este es el testimonio de una arsenalera ya jubilada cuya vocación la impulsó a volver a trabajar, una doctora extranjera que inauguró la Unidad de Pacientes Críticos en Illapel, y una estudiante de enfermería que dejó de lado su ropa para equiparse con las vestimentas quirúrgicas de la UCI.
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud informaba que el Covid-19 ya era una pandemia, una declaración que tuvo múltiples consecuencias en todo el mundo y nuestro país no estuvo ajeno, ya que apenas unos días antes se había confirmado la llegada del primer caso de Coronavirus en Chile y desde esa fecha los números comenzaron a aumentar.
El personal médico en los hospitales veía cómo cada día eran más las personas que necesitaban una cama clínica para combatir los efectos del virus, por lo que se requería de un apoyo extra para poder brindar a todos una atención médica adecuada. Fue así como gracias a una resolución adoptada en febrero por el Ministerio de Salud, a raíz de la contingencia producto de la emergencia sanitaria, comenzaron a incorporarse a la Red Asistencial un gran número de médicos con título en el extranjero, estudiantes de sexto año de Medicina y de séptimo semestre de Enfermería, Obstetricia, Tecnología Médica, Kinesiología y Psicología, además de ex funcionarios en proceso de jubilación.
“Sé que es por una causa que nos beneficia a todos”
La doctora Karolmarlyn Uluknon ingresó a trabajar al Hospital de Illapel en mayo de 2020, cuando la primera ola del Covid estaba recién comenzando. Karolmarlyn es venezolana y este trabajo fue su primer acercamiento con el servicio público y con el virus en Chile, destacando el buen recibimiento que tuvo en plena pandemia.
“Fue excelente. De hecho, fui una de las que inauguró esta Unidad de Paciente Crítico, con las indicaciones entregadas de la mejor forma. Realmente ha sido un trabajo en equipo, no solo con mis otros compañeros médicos, sino con el personal de enfermería, TENS y médicos. Creo que eso es lo que ha ayudado a que esta unidad haya salido adelante como lo ha hecho hasta ahora”, señala.
A pesar del compañerismo que ha presenciado, Karolmarlyn confiesa que lo más duro de la pandemia, sin duda, ha sido el aspecto emocional. “A pesar de que somos personal de salud, que sabemos nuestras limitantes desde el punto de vista que no nos podemos involucrar mucho, a veces es inevitable y realmente esa parte ha sido un poco compleja. Sin embargo, se ha podido llevar porque los pacientes lo han regresado con su salud, con su mejoría, y eso creo que ha sido lo que ha ayudado a que salgamos adelante, a pesar de lo duro del trabajo. Porque han sido noches sin dormir, estar pendiente del paciente las 24 horas, y a pesar de toda esta carga laboral, me he sentido bien, porque sé que es por una causa que nos beneficia a todos”, resalta.
“Este es mi mundo, lo que me gusta, entonces volví con mayor razón”
Aurora Stuardo es arsenalera quirúrgica. Toda su vida se desempeñó en esta labor, un trabajo que ama y le apasiona profundamente. En junio de 2017, tras 35 años de servicio, cumplió un ciclo en el Hospital de Coquimbo y se acogió a retiro voluntario, alejándose del recinto. Sin embargo, esto solo sería momentáneo, ya que en un par de años volvería a reencontrarse con su instrumental e incluso sería parte de la denominada primera línea en pandemia. “Soy arsenalera quirúrgica, toda la vida me he desempeñado en eso y es mi mundo, lo que me gusta, lo que hago, entonces volví con mayor razón”, comenta.
Actualmente, Aurora realiza turnos en el sector de Urgencia, por lo que le ha tocado estar en contacto con pacientes Covid-19. “Fui con un poco de temor en realidad, pero en el fondo consciente, sabiendo que tomando todas las medidas de precaución y siguiendo todas las normas, se podía, como toda la gente que está trabajando en esto. (…) Hay mucha pega y hay que tener harta fuerza, tiene que gustarle, ser valiente para estar ahí, donde las papas queman”, añade.
“Voy a ayudarlos, a alivianarles el trabajo”
Constanza Ramos cursa el último año de enfermería en la Universidad de La Serena. A través de su institución, se enteró que los hospitales estaban buscando estudiantes para apoyar a los trabajadores de la salud que combatían el virus en diferentes áreas médicas.
“Pensé en aprovechar la oportunidad para tomar experiencia, conocer un poco más sobre el área intrahospitalaria fuera de las prácticas que ya he tenido, y decidí mandar los datos. Como a la semana, la coordinadora de la UCI se comunicó conmigo para ofrecerme el puesto de trabajo en sí”, comenta.
Hoy Constanza se desempeña en la Unidad de Paciente Crítico del Hospital de La Serena, área en la que solo ve a personas afectadas por el virus. “Es diferente lo que nos enseñan teóricamente en cualquier universidad, a estar directamente en el contacto con pacientes, en este caso críticos. Una realidad que nos tocó vivir de forma súper aleatoria la verdad, con toda la situación sanitaria por la que estamos pasando. En la UCI en la cual yo estoy hay solo pacientes Covid, entonces todo el día se ve lo mismo: pacientes intubados o respiratorios conectados a ventiladores”.
Constanza, al igual que Aurora y Karolmarlyn, también destaca el recibimiento que tuvo de parte de sus compañeros. “La verdad ha sido super bueno por parte de ellos, tanto de TENS, enfermeras y doctores. Es que igual era complicado en un comienzo porque yo voy a hacer labores de TENS, pero no soy TENS, entonces hay cosas que no sé y la ven a uno como la estudiante de enfermería, pero uno al final está yendo a apoyar. Yo voy a ayudarlos a ellos, a alivianarles el trabajo, por la falta de personal que ha habido”, destaca sobre su rol durante esta emergencia sanitaria.