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Un tercio de quienes se han contagiado por el virus podrían desarrollar alguna alteración neuropsiquiátrica

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Un tercio de quienes se han contagiado por el virus podrían desarrollar alguna alteración neuropsiquiátrica

Estar cerca de alguien contagiado también provoca altas situaciones de estrés, al igual que quienes han sufrido las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y experimentan la sensación de no contar con recursos suficientes para mantener el estándar de vida actual.

Ya se cumplió un año desde que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia del Coronavirus en todo el mundo, una experiencia que sin duda continúa generando mucha incertidumbre y preocupación en toda la comunidad.

Para poder disminuir los contagios, se comenzaron a aplicar medidas de cuarentena y distanciamiento físico, las que modificaron hasta el día de hoy las formas compartir y convivir a diario. Con todos estos cambios, es probable que muchos hayan experimentado emociones como el temor y la ansiedad, por lo que se hace muy importante poder identificar si son parte normal del contexto actual o si se han vuelto algo permanente.

Sebastián Prieto, jefe del Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Coquimbo, aclara que “tener reacciones emocionales en una situación como en la que nos encontramos, es algo esperable, normal e incluso necesario”, ya que está en curso un proceso de adaptación que tenemos que vivir, y que puede provocar desánimo o ansiedad, pero que conduce al ajuste conductual imprescindible en estos tiempos. A su juicio, lo importante es ver cómo actuamos ante estos cambios, y las consecuencias que estos generen.

Nosotros, de alguna manera, sabemos nuestra forma de reaccionar ante ciertas circunstancias, dando cuenta además de si las estrategias que habitualmente usamos para resolver estos problemas están dando resultado, o la emoción se está prolongando en el tiempo y supera nuestra capacidad habitual de contención, o está generando roces con quienes vivimos. Cuando vemos que la respuesta no es la habitual en estos términos, es un momento adecuado para consultar, para pedir apoyo o al menos para pedir una opinión y ver si esto pudiera ser catalogado como un tipo de trastorno”, explica.

Todas las reacciones emocionales son distintas

Si bien es cierto que en todo el país y en el mundo las personas están experimentando las consecuencias de la pandemia y el confinamiento, no todos reaccionan de la misma forma. En el caso de quienes tienen un apoyo social más estable, tanto familiar como a nivel de amistades o comunidades, este vínculo se transforma en uno de los principales factores protectores de la salud mental, ya que simboliza que hay una conciencia de que se pueden enfrentar los problemas o situaciones de estrés de forma colectiva.

Así como hay elementos que ayudan, hay otros que pueden ser desencadenantes. Para el jefe del Departamento de Salud Mental, quienes han sido diagnosticados con el virus o han vivido situaciones críticas relacionadas a él, como ser caso sospechoso, requerir hospitalizaciones o estar conectados a ventilación mecánica, tienen más probabilidades de reaccionar de forma más aguda.

“Sabemos que un tercio de estas personas podrán desarrollar alguna alteración neuropsiquiátrica, directamente relacionada con la infección y los efectos del virus en el organismo. La experiencia de estar cerca de alguien que ha tenido Covid-19 o estar expuesto al virus, aunque no sea un contagio efectivo, también puede generar un estrés postraumático. Otro grupo que puede tener mayor riesgo, además de quienes tienen de forma previa algún diagnóstico en salud mental, son quienes han sufrido consecuencias socioeconómicas producto del virus, es decir que han experimentado la sensación de no poder llegar a fin de mes, no tener suficientes recursos para satisfacer las necesidades básicas, o incluso que han modificado en forma importante su estilo de vida.  Sabemos que esas personas tienen un mayor riesgo de presentar un cuadro ansioso, estrés postraumático o algún estado depresivo en el mediano plazo”, comenta.

¿Dónde obtener apoyo?

Para quienes se sientan agobiados y necesiten ayuda en salud mental, existen diversas opciones para pedir apoyo:

  • SaludableMente

En junio de 2020, el Ministerio de Salud lanzó en todo Chile el programa SaludableMente, una plataforma que cuenta con 91 psicólogos que entregan ayuda de forma gratuita, vía telefónica o por videollamada, a todo aquel que lo requiera.

“Desde la implementación de esta iniciativa se han realizado más de 130 mil atenciones en todo el país, y en el caso de quienes necesiten un acompañamiento más profundo, también se pueden hacer intervenciones breves de hasta cuatro sesiones. Es importante señalar que además de apoyo psicológico, en el sitio web www.saludablemente.cl las personas podrán acceder todas las semanas a charlas en vivo sobre salud mental y recomendaciones para mantener el bienestar emocional durante la pandemia”, explica Nayarett Miranda, Referente Técnico de Salud Digital del Servicio de Salud Coquimbo.

  • Línea Esperanza:

En julio de 2020, el Programa Ecológico en Salud Mental del Servicio de Salud Coquimbo lanzó Línea Esperanza, apoyo telefónico gratuito dirigido por voluntarios de la comunidad, que buscan acompañar a las personas en los difíciles momentos de pandemia y coordinar ayuda específica o visitas a domicilio en caso de ser necesario.

Los números para consultar con Línea Esperanza están disponibles de lunes a sábado entre las 12:00 y las 20:00 horas:

  • Lunes (+56) 9 7514 5968
  • Martes (+56) 9 5728 0756
  • Miércoles (+56) 9 4278 3520
  • Jueves (+56) 9 4239 6925
  • Viernes (+56) 9 7907 8120
  • Sábado (+56) 9 8186 6038
  • Servicios de Atención Primaria de Urgencia:

Para quienes necesitan atención directa, los centros de Atención Primaria de Salud (APS) continúan funcionando y atendiendo a la comunidad. Antes de ingresar, se realiza un TRIAGE (clasificación de gravedad) donde se detecta cuando hay situaciones de mayor riesgo que requieran atenciones urgentes. Adicionalmente, también han implementado estrategias de telemedicina para evitar contagios.

“La red de nivel secundario junto con los equipos de especialidad están actuando de manera muy activa y tenemos un sistema reforzado de salud mental en los servicios de urgencia de toda la red, incluyendo la APS, para cuando sea necesario. También hemos hecho algunas estrategias para mejorar nuestra capacidad de hospitalización en salud mental y en la atención de urgencia de los cuadros que se puedan presentar”, señalo el jefe del Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Coquimbo.

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