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Mitos y realidades de la lactancia materna

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Mitos y realidades de la lactancia materna

Aún existe una amplia diversidad de mitos en torno a la lactancia materna, pese a que la difusión de la información es más accesible, gracias a la tecnología, y que el contacto con los profesionales de la salud es cada vez más cercano, a través de nuevas metodologías como las teleconsultas.

La leche materna es considerada como el mejor alimento para el niño/a, ya que provee todos los nutrientes que el bebé necesita durante los 6 primeros meses de vida. También, se asocia a un sinfín de beneficios, como un mayor desarrollo cognitivo, fortalecimiento del sistema inmune (defensas del organismo), menor prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión arterial, diabetes mellitus 2, etcétera) y obesidad en la adultez.

Por ello, la OMS recomienda su extensión hasta los 2 años de edad o más. Además, entrega beneficios a la madre, dentro de los cuales están, la disminución del riesgo de padecer cáncer de mama y ovario, la disminución del sangrado postparto, favorece la recuperación del peso preconcepcional y no genera un costo económico. Y dentro de los beneficios para la sociedad está el no generar desperdicios ambientales.

Muchas mujeres piensan que no son capaces de amamantar, debido a tener pechos pequeños, pero solo un mínimo porcentaje de ellas no puede hacerlo, por la presencia de hipoplasia mamaria, la que no debe confundirse con el tamaño de la mama, ya que, el tamaño del pecho se debe a la cantidad de grasa que se almacena en la zona, y no se relaciona con el tamaño de la glándula mamaria, es decir, una mama pequeña tiene una glándula perfectamente normal.

Se cree que no todas las mujeres producen leche de buena calidad y suficiente para satisfacer las necesidades nutritivas del niño/a, asimismo, son muchas mujeres las que refieren “mi hijo/a queda con hambre” o “mi leche es muy aguada”. Cabe señalar, que la leche materna es específica para cada bebe, ésta se adecua a las necesidades del niño/a, siendo la primera porción de la leche extraída menos viscosa, ya que contiene más agua, proteínas y lactosa, y la porción final es más rica en grasa, es por esto, que somos tan enfáticos en recomendar que el bebé mame hasta vaciar completamente un pecho.

Por otro lado, existe la creencia de que la lactancia materna extendida no va “a alimentar al niño/a”, esto no es así, pues la leche materna va cambiando su composición nutricional a medida que el niño/a crece, para entregarle lo que necesita en cada etapa.

Además, la madre no debe restringir su alimentación, pensando en que algún alimento le causará cólicos al bebe, o comer alimentos que le ayuden a producir más leche, debido a que no existen tales alimentos, la lactancia funciona según la oferta y la demanda, es decir, mientras el niño/a más mame y succione el pecho, mayor será la producción, pues este último es el principal estímulo. Una alimentación variada y saludable de la madre, permitirá al niño/a probar nuevos sabores porque algunos alimentos van modificando el sabor de la leche materna, y contribuirá en el estado nutricional materno.

Más información en: acá

Por: Angélica Santos Cortés | Interna de Nutrición y Dietética, Universidad Católica del Norte

Contacto: asc028@alumnos.ucn.cl

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