En los últimos meses, la educación escolar y superior ha enfrentado diversos desafíos para encontrar una nueva forma de impartir las clases. Este tiempo de largas cuarentenas y confinamientos por la crisis sanitaria global, ha obligado al cuerpo docente a repensar lo que venían haciendo, pues esta pandemia les ha permitido replantearse los nuevos caminos del futuro.
La docencia en este periodo en contextos virtuales no se planificó con antelación y se realiza en condiciones de gran incertidumbre y carga laboral, sumado también a su trabajo doméstico y vida familiar. Son muchas las historias y realidades que se encuentran en las comunidades educativas y que hoy están plasmadas en un libro titulado “Profesores en Tiempos de Pandemia”, con testimonios de 30 docentes de diversas partes de Chile, desde Iquique hasta Puerto Montt, pasando por colegios particulares, subvencionados y municipales.
En este texto, los docentes relatan sus experiencias pedagógicas, como también la relación con su vida cotidiana y las distintas problemáticas como: conectividad, temas familiares, escolares, lejanía, recursos, entre otras vicisitudes. Asimismo, las historias están acompañadas por iconografías realizadas por los alumnos de “Historia Activa» (Colegio Inglés Católico), donde dibujaron sus vivencias en clases online. Por otro lado, el libro está sustentado por dos Premios Nacionales de Historia, quienes realizaron el prólogo, aunque de igual forma apoyaron a los docentes que escribieron a organizar las ideas y entregándoles sus observaciones.
Esta iniciativa es liderada por Sebastián Órdenes, profesor de Historia y Mg. en Educación del Colegio Inglés Católico de La Serena, quien contó a #EsHoy que “la idea nace junto a un colega de Filosofía de nuestro establecimiento, Miguel Ángel Rossel, con quien decidimos comenzar a contactar a distintos docentes de Chile para que nos cuentes sus vivencias de los primeros 5 meses de clases online en sus distintas realidades”. Este proyecto se materializó luego que los docentes presentaran la idea a un grupo de apoderados de la organización Historia Activa del colegio quienes apoyaron y financiaron la publicación del libro.
A través de la lectura del libro, las personas “han encontrado testimonios vivos de los docentes que también fueron primera línea, para mantener académica y emocionalmente a los alumnos y alumnas a través de las pantallas, incluso varios que realizaban visitas a las casas”, comentó Órdenes. Respecto a la recepción del libro, el docente sostuvo que “los lectores han realizado una excelente crítica, ya que también les tocó vivir de una u otra manera muchas cosas que están en los relatos, pues la mayoría de los que ya han adquirido el libro son profesores o apoderados”.
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Desigualdades de acceso
Durante este periodo, la comunidad educativa ha pensado en soluciones creativas y viables para cada contexto porque las herramientas virtuales no funcionan para todos, según los testimonios del libro que son bien diversos. Sobre las diferencias de las prácticas narradas, Sebastián Órdenes confiesa que “hay experiencias que tienen relación principalmente con el reinventarse en los sistemas tecnológicos, hubo docentes que pasaron a ser parte de las familias de los alumnos, otros fueron gestores de conectividad y un grupo que enfrentaba el hecho de ser profesores y apoderados a la vez”.
Además, el docente comentó que “no podemos olvidar la precariedad de algunos sectores, la falta de recursos en las casas, donde no había que comer, pero tenían que conectarse a clases”.
En el comienzo de las clases remotas todo se hizo por iniciativa propia, no había nada organizado, nadie había vivido una pandemia antes, obviamente, ni mucho menos existía una idea de cómo era esto de hacer “clases a distancia”. Respecto a su experiencia bajo esta modalidad, Sebastián Órdenes confiesa que “más que problemas han sido desafíos que día a día fuimos o intentamos sobrepasar. En primer lugar, ver temas de conectividad; segundo intentar motivar a los alumnos y que no decayeran en el proceso; luego ver el tema emocional de los alumnos”.
El profesor indicó que debió trabajar en la creatividad y aprender de manera autónoma sobre el uso de herramientas tecnológicas”. También debió “establecer relaciones de confianza con los apoderados y apoyarlos en todo momento”.
