Durante tres días, el equipo del recinto asistencial serenense ha recibido la primera dosis de la vacuna Pfizer BioNTech, gracias a un gran despliegue que en toda la región, busca inmunizar a un total de 8.300 funcionarios.
Luego de casi un año de sacrificio, esfuerzo y dedicación, los trabajadores del Hospital de La Serena comenzaron a ser vacunados contra el COVID-19. Una gran inyección de esperanza, energía y tranquilidad en medio de esta larga crisis sanitaria y de cara a una segunda ola que ya ha dejado sus primeras consecuencias en la población.
La enfermera Marcela Maturana ha librado la dura batalla contra el Coronavirus junto a sus compañeros de Hospitalización Domiciliaria, equipo que lidera desde 2017 y que ha atendido a más de 1.000 pacientes con Coronavirus desde que comenzó la pandemia. Esta semana, se convirtió en la primera de más de 1.500 funcionarios que serán inoculados en el establecimiento de la capital regional.
“Estoy muy emocionada, esto es muy esperanzador, es un primer paso para que la comunidad desarrolle la inmunidad y podamos combatir esta pandemia que ha sido muy dura para todos, donde ha muerto mucha gente. Esto significa mucho para nosotros como trabajadores porque detrás hay demasiado esfuerzo, hemos vivido cosas muy fuertes, hemos debido aguantar y ser la barrera que protege a la población, por eso la vacuna nos da la posibilidad de seguir adelante y luchar con lo que viene”, expresó.
Marcela no ha podido ver a su familia desde febrero de 2020 producto de la emergencia y es que la pandemia ha tenido costos físicos y emocionales para quienes han combatido al SARS-CoV-2 en la primera línea de la salud. Es por eso, que el inicio de la vacunación resulta un gran hito para ellos también en lo personal.
“Estaba un poco nervioso al principio, mi señora igual, pero ahora mucho más tranquilo y con la esperanza de que esto nos sirva para poder prevenir la enfermedad y también trabajar con menos miedo. Para mí fue un orgullo poder representar a mis colegas”, manifestó Juan García, quien ha tenido la importante labor de encargarse del aseo y desinfección del área COVID en el Servicio de Medicina del hospital regional.
Pese a los estrictos protocolos que diariamente se implementan en el recinto, Juan ha vivido en carne propia el natural temor constante que hoy en día siente cualquier trabajador de la salud. Su esposa padece una cardiopatía congénita y por lo mismo, debe realizar numerosas medidas de seguridad cada vez que regresa a su casa desde el trabajo, por ello, vacunarse le otorga una tranquilidad impagable a este esforzado hombre de 41 años.
La Técnico en Enfermería Ana Egaña comparte el mismo sentir. Ella ha trabajado día y noche en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Serena a lo largo de toda la crisis sanitaria, servicio donde los pacientes COVID positivo más graves luchan por su vida junto al personal especializado.
“Vacunarme para mí es muy importante porque así yo protejo a mi familia y puedo seguir atendiendo a los pacientes con más tranquilidad porque estábamos asustados de lo que viene. La verdad es que no duele nada, es fácil, rápido y no presenté ningún síntoma ni me sentí mal después”, comentó Anita, quien debió dejar de vivir con su hija y nieta producto del temor y preocupación que ellas vivían diariamente.
Durante tres días, los trabajadores del Hospital de La Serena han recibido la primera dosis de la vacuna Pfizer BioNTech, gracias a un gran despliegue liderado por el equipo de enfermería e infecciones del establecimiento y apoyado por la Policía de Investigaciones, quienes han resguardado la seguridad de todo el proceso.
Para el doctor Maximiliano Porras, jefe del Servicio de Medicina, ser parte de este momento histórico significa toda una alegría. El médico internista ha tenido la misión de liderar un equipo que ha atendido a pacientes con Coronavirus durante toda la crisis sanitaria, transformando y complejizando su atención para hacer frente a la emergencia.
“Es un gran paso en todo esto que nos ha pasado tan terrible, estoy contento. Para todos ha sido muy difícil dejar de ver a nuestras familias, separarnos de nuestros seres queridos ha sido uno de los grandes daños de esta pandemia, el hecho de que la vacuna nos pueda proteger a nosotros y a las personas con las que compartimos es realmente un regalo, una suerte de retribución por todo el trabajo que hemos hecho, no lo esperábamos, pero es un gran agradecimiento”, sostuvo.
En tanto, para la doctora Aldoaneth Leiva, infectóloga que ha tenido un rol vital durante la emergencia en el Hospital de La Serena, estos han sido días llenos de alegría, emoción y triunfos científicos. “Cada día la ciencia avanza más y podemos confiar más en que no hay imposibles en lo que respecta a salud, no hay ningún reto lo suficientemente grande cuando se trabaja en comunidad y eso me llena de alegría. Pasar un año tan duro y que esto represente una esperanza es maravilloso. Nosotros somos un hospital vacunándose y alrededor del mundo van 30 millones de personas, claramente eso emociona a todos”, indicó la especialista.
GRAN DESPLIEGUE REGIONAL
Este lunes arribaron más de 8 mil dosis de vacunas contra el COVID-19 para comenzar el proceso de inmunización en la zona. “Estamos muy contentos porque hemos iniciado la vacunación de los funcionarios de salud de nuestra Red Asistencial, y no sólo de trabajadores de áreas críticas, sino de todos quienes quieren acceder a la inoculación de manera voluntaria. En total, serán vacunados cerca de 8.300 funcionarios, entre trabajadores de nuestros 9 hospitales, SAMU, Atención Primaria de Salud, y también de la Clínica Red Salud Elqui”, destacó Edgardo González, Director (S) del Servicio de Salud Coquimbo.
A NO BAJAR LOS BRAZOS
Al vacunarse, las personas protegen su salud y la de su entorno, ya que evitan o restringen la diseminación del virus, resguardando las vidas de sus seres queridos. Es por eso, que la vacunación es una verdadera luz de esperanza hacia el futuro para los trabajadores de la salud, en medio del gran cansancio y preocupación que viven diariamente.
Sin embargo, resulta fundamental indicar que una vez vacunada, la población debe seguir implementando todas las medidas de prevención que se han utilizado a lo largo de la pandemia. “La vacuna es una herramienta y es muy importante que la mayor parte de la población se pueda vacunar pero esto no significa que bajemos la guardia, hay que seguir con la mascarilla, el lavado de manos, el distanciamiento y evitando las aglomeraciones porque este virus es muy dinámico y no discrimina”, explicó la enfermera Marcela Maturana.