La navidad es una de las pocas fiestas que universalmente se celebra de tantas formas como culturas hay en el mundo. Mientras en Chile abundan las papas duquesas, una mesa llena de invitados y esperar a las 12’ para abrir los regalos, en otros países las tradiciones van mucho más allá, incluso, algunas llegando a ser un poco terroríficas.
En #EsHoy hicimos un listado de seis costumbres para que vivas una navidad internacional.
Ligligan Parul, Filipinas
Este festival de las luces gigantes se celebra el sábado previo a la navidad, en la ciudad de San Fernando. Miles de asistentes del país y el mundo, llegan a ver cuál de los once barangays (pueblos) construye el mejor farolillo.
Jólasveinar, Islandia
Durante 13 noches antes de navidad, los pícaros jóvenes Yule aparecen por las calles del país nórdico vestidos con trajes típicos. Su misión es dejar regalos en los zapatos que los niños y niñas ponen en las ventanas, aunque, si ese año alguno se ha portado mal, depositarán papas podridas.
Novena de Aguinaldos, Colombia
Con un origen católico, entre el 16 y 24 de diciembre, las familias colombianas se juntan a rezar oraciones típicas de Navidad, junto al árbol y el pesebre, para posteriormente comer postres típicos. Estos nueve días rememoran los nueves meses de embarazo de María.
Kurisumasu ni wa Kentakkii, Japón
Curioso es como la publicidad introdujo la navidad a los nipones. En 1974, Kentucky lanzó la campaña “¡Kurisumasu ni wa kentakkii!” (¡Kentucky para Navidad!) y fue tanto su éxito, que hasta hoy, los japoneses celebran esta festividad comiendo pollo frito.
El Gordo, España
Es probable que tú también quisieras ganarlo. Desde finales del siglo XIX, el 22 de diciembre, la Lotería Nacional Española reparte grandes sumas de euros entre los concursantes, quienes están expectantes al show televisivo. La tradición es que un coro de niños cante los números ganadores.
Krampusnacht, Austria
La leyenda cuenta que durante las noches del 5 y 6 de diciembre, Krampus, el hermano malvado de Santa Claus, merodea haciendo sonar sus cencerros y cadenas oxidadas, castigando a los niños que se han portado mal. En la actualidad, jóvenes austriacos se disfrazan de él para darles un susto a los infantes, en la noche del 5 de diciembre.