La prematurez es un fenómeno que ha ido en aumento en el mundo y las complicaciones relacionadas con esta condición son la principal causa de muerte en niños menores de 5 años.
Borja y Jordan son dos bebés que no se conocen, pero tienen una historia en común que los une. Ambos pequeños nacieron antes de tiempo en medio de la pandemia y hoy, se encuentran luchando junto a sus familias para crecer sanos, fuertes y felices.
Borjita Vásquez debió abandonar el útero de su madre mucho antes de lo planificado. Nació en agosto de 2020 en el Hospital de La Serena, con tan sólo 26 semanas de gestación y 980 gramos de peso. Su mamá, Vania, lo tuvo junto a su gemelo Joaquín, quien lamentablemente no logró doblarle la mano al destino y falleció a dos días de haber nacido. Hace largos 5 meses, su hermanito se encuentra hospitalizado en la capital regional sin poder conocer aún el mundo exterior, pero con gran fortaleza, sigue librando una compleja batalla por la vida en nombre de los dos.
“Es difícil, sólo escuchar la palabra prematuro da miedo, pero con el tiempo uno logra tener confianza y entereza para vivir este proceso que es muy duro y además, se suma la pandemia, que hizo que todas las visitas recayeran en mí. Nosotras las mamás somos las encargadas de llevar las noticias al hogar, ha sido muy complejo porque igual uno necesita un abrazo, que me digan en persona ´vamos, sigue adelante, tienes una esperanza´”, relató Vania Landaur.
Y es que darle la bienvenida a un nuevo miembro de la familia en plena emergencia sanitaria no es tarea fácil para nadie, mucho menos, si es antes de lo proyectado. Sin embargo, estos pequeñitos han podido recuperarse de su nacimiento siendo protegidos “bajo 7 llaves” y estrictos protocolos de seguridad por el equipo de la Unidad de Cuidados Intensitos Neonatales (UCIN) del establecimiento serenense, lo que sin duda ha sido una importante fuente de tranquilidad para tantas madres como Vania.
“La pandemia ha hecho mucho más duro el proceso. El contacto diario con todo el personal me da confianza de que Borja está en buenas manos, que lo quieren a él y a todos los bebés que están aquí presentes. Hay muchísima dedicación por cada uno, a pesar de la gran carga laboral que tienen ellos, así que eso da seguridad. Aquí incluso uno se encariña con los otros bebés, cuando se van de alta es una alegría inmensa, independientemente que a uno le toque esperar más”, expresó esta valiente mujer.
Al respecto, Claudia Muñoz, enfermera supervisora de la UCIN explicó desde un primer momento, educaron al personal “para que tuvieran conciencia con respecto a que si ellos se enfermaban de COVID-19, podían ser un riesgo para sus compañeros y principalmente para los niños, hicimos una campaña muy fuerte sobre ello, agregamos una serie de elementos de protección personal, educamos a los padres y extremamos las condiciones de higiene. Gracias a ese trabajo, afortunadamente no hemos tenido brotes dentro de la unidad, ni de los trabajadores ni de padres de niños hospitalizados. Aquí existe una cultura de prevención y lo que hicimos fue extremarla desde marzo de este año”.
Familias como la de Borjita y Vania pueden ver una luz de esperanza en otras como la de Jordan, un pequeño que nació el mes de julio con sólo 31 semanas de gestación, también en el Hospital de La Serena. Con 1 kilo y 780 gramos, conoció a su madre Luisa Contreras, quien en ese momento, revivía el peor de sus temores al tener nuevamente un bebé prematuro. Hace 15 años, tuvo a Dalia, su primera hija, quien afortunadamente logró salvarse luego de contraer el peligroso virus sincicial al poco tiempo de nacer.
“Fue muy difícil cuando estuvo hospitalizado porque no podía tener a mi marido cerca, ni contar con su apoyo estando en pandemia, era complicado y sentíamos miedo de tener a mi hijo en ese contexto. Todos los días me levantaba para irme a verlo, darle pecho y lo único que quería era estar allá con él todo el día, pero no se podía, me tenía que venir a la casa. El equipo de salud se portó súper bien, me apoyaron mucho, me explicaban todo y estaban muy atentos de Jordan. Ahora estoy muy contenta porque mi hijo está bien y mi hija también, se puede salir adelante”, manifestó Luisa.
Con sus dos hijos ya sanos, esta mujer de 31 años disfruta y valora la bendición de tener a Jordan en casa creciendo fortalecido, luego de haber sido dado de alta de su hospitalización. Hoy, a sus casi 5 meses, es paciente activo del Policlínico de Prematuros del Hospital de La Serena, equipo que producto de la emergencia, lo va atender en su propio hogar para cuidar su salud y protegerlo del Coronavirus.
Con gran emoción, la madre recordó que fue toda una sorpresa cuando le dieron la noticia de que su bebé podía irse a su hogar. “Yo lo vestí luego y me lo llevé. El papá estaba súper ansioso porque lo había visto solamente cuando nació, todos lo recibieron muy bien. Es súper bueno que ahora vengan a la casa porque así tenemos más precauciones”, comentó.
La doctora Solange Rojas, médico residente de la UCIN y profesional de apoyo en estas visitas, señaló que “Jordan se encuentra bien, ha crecido en forma satisfactoria, está muy bien en su peso y talla y felicitamos a la mamá porque en su desarrollo psicomotor está bien también, como un niño normal. Comprendiendo que el periodo de pandemia es de bastante cuidado es que hemos querido proteger a los prematuros como población vulnerable, haciendo los controles a domicilio para evitar exponerlos a posibles contagios en los traslados, así que se ha desplegado el equipo completo hacia los hogares de los niños”.
Para garantizar la atención de los pequeños en estos meses de pandemia, han recorrido diversos puntos de la región, tales como Vicuña, Peralillo, Pisco Elqui, Andacollo, Ovalle, Coquimbo y Tongoy. A la fecha, han completado 252 visitas domiciliarias y han vacunado a 110 pacientes prematuros de la zona contra el virus síncicial, inmunización que forma parte de la Ley Ricarte Soto y debe ser administrada 1 vez al mes durante la campaña de invierno.
“Vimos la posibilidad de empezar las atenciones de domicilio a partir del mes de mayo, además de los controles telefónicos que estábamos haciendo. Realizamos el Control de Niño Sano y ponemos la vacuna contra el virus sincicial que es una enfermedad respiratoria que tiene alta mortalidad en los prematuros. Después, incluimos también a los pacientes de salían de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN)”, indicó Francisca Suárez, enfermera del Policlínico de Seguimiento de Prematuros del Hospital de La Serena.
Suarez comentó además que están “viendo la posibilidad de continuar con las visitas por lo menos para hacer el primer control, cuando el bebé recién sale del hospital, y después de los 6 meses, comenzar a hacer controles presenciales porque ahí los niños están más grandes y tienen mayores defensas”.
“EL HOSPITAL DE LOS PREMATUROS”:
El Hospital de La Serena es el centro de referencia neonatológico suprarregional, donde se atienden los prematuros más graves de la III y IV región del país. Estos bebés nacen y son hospitalizados en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, donde permanecen el tiempo necesario hasta que logran estabilizarse y ser dados de alta de su proceso de hospitalización. Luego de ello, son derivados y pasan a ser pacientes del Policlínico de Seguimiento de Prematuros del establecimiento, equipo que los acompaña y controla en su crecimiento hasta su niñez. Igualmente, desde los 7 años deben seguir controlándose en su centro de salud más cercano hasta los 9, como todo niño.
Durante la pandemia, diversos recintos asistenciales a lo largo del país debieron suspender la visitas a pacientes hospitalizados por razones de seguridad, sin embargo, la enfermera Claudia Muñoz, indica que como UCIN, “no eliminamos las visitas, las mantuvimos durante toda la emergencia en horario extendido y sólo hicimos una modificación en cuando a la cantidad de personas, tradicionalmente eran para ambos padres, pero las acotamos sólo a las madres, que eran las más indicadas por el tema de la lactancia, porque la provisión de la leche es fundamental para el desarrollo y la recuperación de la salud de los niños”.
Además, la profesional informó que “a partir del fin de semana pasado, ya ampliamos las visitas, estamos haciendo una apertura para que los padres, que han tenido que estar alejados todos estos meses, puedan incorporarse de forma paulatina y segura”.
¿QUÉ SIGNIFICA SER PREMATURO?
Se considera prematuro a un bebé que haya nacido vivo antes de haber cumplido 37 semanas de gestación. Existen distintos tipos de prematurez, según su edad gestacional, están los prematuros extremos – de menos de 26 semanas – los muy prematuros – de 26 a 32 o que pesaron menos de 1.500 gramos al nacer – y los moderados a tardíos, de 32 a 37 semanas. “El embarazo normal dura de 38 a 40 semanas y cuando un niño nace en ese periodo es un bebé de término, aquellos que nacen de menos de 37 semanas, se califican como prematuros”, explicó el doctor Domingo Fuentes, neonatólogo y médico jefe (S) de la UCIN.
Desde que nacen en forma anticipada, estos pequeños enfrentan numerosos riesgos, como problemas respiratorios, trastornos cardiovasculares, retinopatía, hipoacusia, entre otros. De hecho, las complicaciones relacionadas con la prematuridad son la principal causa de defunción en menores de 5 años. Sin embargo, ello puede evitarse con los cuidados apropiados.
En tiempos de COVID, el doctor Fuentes aconseja extremar los cuidados con estos bebés. “Cuando los niños salen del hospital, comienza inmediatamente el riesgo de contagiarse. Para ellos, eso sería muy complicado porque tienen su sistema inmunológico inmaduro, sus pulmones a veces están dañados o tienen secuelas propias de los prematuros. La recomendación es que se mantengan lo más aislados posible y eviten la exposición en lugares públicos, donde uno no puede controlar la exposición a otras personas, como un centro comercial, una iglesia o un supermercado. Hay que abstenerse absolutamente de ello”, destacó.