Esta estrategia les permite continuar con sus tratamientos pese a la emergencia sanitaria, aliviar dolores, reducir molestias y mejorar su calidad de vida.
A sus 85 años, Luisa Colina está permanente preocupada por su salud sexual y ginecológica, pero esta no es la realidad de la mayoría de las mujeres. Generalmente, con el paso del tiempo, estos temas se transforman en todo un tabú y muchas, comienzan a sentir las silenciosas consecuencias físicas y psicológicas de las enfermedades y condiciones que se van presentando con la edad.
“Nosotros, los adultos mayores, pertenecemos a otra época donde había mucha vergüenza acerca de temas que hoy la juventud ya ha ido superando. A mí me cambió la vida porque yo tengo un prolapso uterino, por tener muchos embarazos de niños grandes, lo que me provoca dolor y me hace ir mucho al baño. Ahora, con mi tratamiento eso se me ha ido regulando muchísimo. Si usted tiene este tipo de problemas, cuídese, no se deje estar”, expresó Luisa.
Y es que cuidar la salud ginecológica es fundamental a lo largo de toda la vida, no solamente durante la juventud o mientras las mujeres están embarazadas o dan a luz. Es por eso, que las pacientes mayores de 65 años del Hospital de La Serena han comenzado a recibir atención ginecológica en sus propios hogares, por parte del equipo de atención ambulatoria de Ginecología y Obstetricia. Esto con el fin de que puedan continuar sus tratamientos, pese a la emergencia, y así mejorar su calidad de vida.
Camila Morgado, matrona coordinadora de la Unidad de Piso Pélvico y Medicina Reproductiva del recinto asistencial serenense, comentó que “las pacientes están súper agradecidas porque muchas de ellas estaban afligidas. La señora Luisa se atiende con nosotros hace ya varios años. Antes, ella presentaba muchos problemas para moverse y ahora, claramente notamos una gran mejoría en sus tejidos, está súper bien”.
Cada semana, Camila acude a la casa de sus pacientes junto a una técnico paramédico, bajo estrictos protocolos de seguridad. “La prestación que nosotros les ofrecemos es el control de pesario, que es una prótesis de silicona que se introduce para poder fijar la musculatura que cae por la vagina a causa de los prolapsos uterinos que no se pueden operar, ya sea por motivos médicos, porque ellas no quieran o porque se pueden tratar ambulatoriamente. Esto es fundamental porque muchas pacientes tienen limitaciones para moverse o no se atreven a retirar su pesario y asearse solas, hay muchas que incluso, no conocen sus partes íntimas”, sostuvo.
Al respecto, la señora Luisa agregó que el equipo llega a su hogar “con todos los implementos necesarios. Yo las recibo, pasan a mi dormitorio, me hacen un examen íntimo y realizan sus tareas sin ningún riesgo. Para mí fue sorprendente que me empezaran a atender en mi hogar porque yo lo necesito por lo menos una vez al mes. Estoy feliz, me hacen el mismo tratamiento que en el hospital. Imagínese, cómo no va a ser cómodo que te atiendan en tu propia casa y no tengas que trasladarte en estos tiempos. Para mí ha sido un regalo caído del cielo”.
El desconocido problema íntimo que afecta a las mujeres mayores:
El piso pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que se ubican en la pelvis, en él descansan órganos como el útero, la vejiga y el recto. Con el paso de los años, éste se puede debilitar y producir un prolapso, es decir, la caída del mismo por la vagina.
Esta condición es más común de lo que imaginamos y se puede provocar por los tipos o cantidad de partos que haya tenido una mujer, el peso de sus recién nacidos y por la calidad de sus tejidos. Los prolapsos pueden ser operados, tratados de manera ambulatoria o con ejercicios de la musculatura del piso pélvico, dependiendo de su gravedad y nivel de avance.
“Esto es muy frecuente, pero las mujeres no consultan mucho por ello, ya que son pacientes de edad que tienen otra cultura arraigada, entonces tienen mucho pudor y temor respecto a su zona genital. Generalmente, están más enfocadas a sus enfermedades de base, como la hipertensión o diabetes, entonces su salud ginecológica la dejan un tanto de lado y no consultan hasta que les ocasiona un problema real que les dificulta la vida”, explicó Morgado.
Los pesarios son dispositivos extraíbles que se colocan en la vagina y que son utilizados para sostener las zonas con prolapsos y tratar esta condición que puede causar dolores, flujo vaginal, ardor, molestias, úlceras, incontinencia urinaria, dificultad para moverse y también tener efectos en la salud sexual.
La matrona señaló que “hay muchas mujeres que no se pueden movilizar porque sus prolapsos son severos y poder caminar o ser autovalentes se les hace bastante difícil. De hecho, las pacientes señalan que hay un antes y después de este tiempo de atención que brindamos y de la instalación de su pesario. Les ayuda mucho en su aseo personal, para poder hacer las cosas de la casa y lo que ellas más agradecen, es que pueden volver a ser independientes”
Tejiendo con amor y a domicilio:
Pese a la agitada rutina que hoy en día mantiene el personal de salud, las matronas y técnicos en enfermería del Hospital de La Serena se han dado el tiempo se confeccionar obsequios para sus pacientes con sus propias manos. Se trata de tejidos que son sanitizados y que este equipo de profesionales regala a las mujeres que van a atender a sus hogares. Una iniciativa que les permite realizar una actividad de autocuidado en medio de la pandemia y también entregar amor a tantas personas que lo necesitan en estos complejos tiempos.