La primera confirmada de COVID-19 de la Región de Coquimbo logró recuperarse junto al equipo serenense de Hospitalización Domiciliaria, que la atendió en el hogar que compartía con toda su familia. Ninguno de ellos se contagió.
Han pasado más de 4 meses desde que Carolina comenzó a vivir la experiencia más dura de su vida. Y es que luego de retornar en un feliz viaje al extranjero, se enteró de que padecía Coronavirus. A los días, comenzó a sentir síntomas que cada vez fueron más intensos y a sus jóvenes 38 años, sintió la muerte como una posibilidad real.
“Yo en un momento sentí que iba a morir porque no podía respirar bien y lo más desgarrador en esos momentos fue que temía morir sin poder tomarle la mano a mis hijos, eso me llenaba de desesperación. Yo era una persona sana, joven y pensaba que eso me hacía inmune, pero estamos todos tan expuestos, por eso tenemos que cuidarnos y cuidar a los demás”, expresó.
Fue el miércoles 18 de marzo el día en que recibió la noticia que le cambió la vida, luego de que su empleadora le recomendara realizarse el examen de detección de Coronavirus, como medida preventiva para volver a su trabajo. “Más menos a mediodía, recibí una llamada y recuerdo que una enfermera me dice que el resultado había salido positivo. Ese para mí fue un momento de frustración, sentí mucha angustia y miedo”, relató.
De allí comenzaron meses sumamente difíciles para Carolina. Sin embargo, tuvo la fortuna de poder recuperarse en su hogar, mediante la estrategia de Hospitalización Domiciliaria de La Serena. “Fue lenta mi recuperación porque había días que yo estaba evolucionando súper bien y otros en que iba decayendo. Lloraba de dolores y el equipo de salud siempre estuvo ahí presente. Yo siempre me sentí súper segura con ellos, me dieron tranquilidad y siempre se entregaron 100% a su labor”, manifestó.
Mientras libraba la batalla contra este letal virus, se mantuvo siempre viviendo en su hogar con su pareja y sus dos hijos, a quienes sólo veía a través de una ventana que daba al patio de su casa y que utilizaban como vía para dejarle sus alimentos. El aislamiento y los rigurosos cuidados que mantuvieron, fueron la clave para que ninguno de los integrantes de su familia se contagiara.
Pasaban los días, y esta fuerte luchadora presentaba cada vez mayor dificultad para respirar y sus recurrentes dolores de cabeza y malestares musculares se tornaban intolerables. Todo esto transcurría sin que ella supiera que había sido una de las 2 primeras personas confirmadas con Coronavirus de toda la Región de Coquimbo.
“Yo me enteré por mi hijo, él estaba muy triste y dolido porque veía a través de las redes sociales que existían amenazas, mensajes de ataque y él me dijo ´mamá dicen que tú eres la primera en la región´, por lo tanto, hay muchos comentarios. Yo en ese momento entendía poco, por mi estado, pero mejor decidí desconectarme de todo eso”, recordó acongojada.
Después de alrededor de 3 meses de luchar contra la enfermedad, Carolina logró recuperarse y fue dada de alta por el equipo del Hospital de La Serena. Aunque admitió sentirse aún un tanto débil físicamente, confesó sentirse bastante fortalecida en lo emocional.
“Yo siempre estuve con mucha fe, rezando y solamente me aferraba a la vida. Sabía que iba a salir de esto, no sabía cómo pero sabía que iba a salir de a poco. Vivir esto fue toda una experiencia que me deja muchas enseñanzas, esto me cambió la vida rotundamente, me enseñó a vivir sanamente y transmitirle eso a mis hijos y a otras personas”, indicó.
“Carito”, como la llaman sus amigos, actualmente se encuentra en su hogar junto a su familia y retomó sus actividades laborales vía teletrabajo, donde atiende público desde su casa. Hoy, está dedicada a vivir el presente y reconectarse con ese espíritu risueño y alegre que tanto la caracteriza.
Equipo de Hospitalización Domiciliaria, “los ángeles” de Carolina:
Sin duda el complejo camino que Carolina debió emprender producto del COVID-19 no hubiera sido el mismo sin los cuidados y el apoyo que le brindó el equipo de la Unidad de Hospitalización del recinto asistencial serenense.
Ella misma sostuvo que “el amor por el servicio y la vocación de todos ellos siempre hay que destacarlo. Si no hubiese sido por ellos, yo creo que no hubiera seguido adelante, no habría tenido la fuerza. Siempre me animaron y tenían una palabra para sacarme adelante y decirme que tenía que seguir y no decaer. Son grandes personas, siempre van a ser mis ángeles”.
Este grupo de esforzados profesionales del Hospital de La Serena ha aumentado considerablemente sus atenciones durante la pandemia, atendiendo a más de 570 pacientes desde marzo en sus propios hogares, 265 de ellos COVID positivo.
Marcela Maturana, Jefa de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria, destacó que como equipo, estuvieron “muy involucrados con Carolina. Cada vez que ella iba evolucionando de buena manera, para nosotros era una alegría. El hecho de poder sentirla más estable y contenta, nos daba mucha gratitud y nos hacía sentir que estábamos haciendo un buen trabajo como equipo porque la estábamos sacando adelante, después de haberla visto tan débil y pasándola tan mal emocionalmente”.
Además, la enfermera recordó el emotivo momento en que lograron darle el alta. “Cuando ella llegó a su casa y vimos que pudo abrazar a su hijo después de mucho tiempo, para nosotros fue muy emocionante y ahí sentimos que pudimos realmente sacarla adelante y lograr nuestro objetivo”.
El sentido mensaje de una sobreviviente:
Luego de todas estas vivencias, Carolina se dio el tiempo y la oportunidad de entregarle un mensaje a la población. “Esta crisis sanitaria nos lleva a reflexionar sobre asuntos centrales para los seres humanos y a veces me pregunto ¿cuáles son nuestras prioridades? ¿valoramos realmente lo que tenemos al lado? Y me da mucha pena porque creo que debemos comenzar por ahí y valorar más lo que tenemos, aquello más simple que no está en las cosas materiales”.