Por Felipe Rojas Jopia| Profesor de Filosofía y Religión, Bailarín.
Históricamente hemos escuchado desde nuestros padres y nuestras madres que esto y aquello es de hombre o de mujer, coartando nuestra libertad a exploración natural como niñxs a poder escoger lo que nos guste o acomode. Nos visten de ciertos colores porque así lo dictamina la sociedad y el sistema neoliberal imperante, debemos actuar de cierta manera para no parecer extrañxs, pero ¿qué sucede cuando alguien escapa a la norma y rompe estos esquemas preestablecidos?
En Chile y el mundo, la imagen de un hombre siempre ha sido responder a lo fuerte, el poder, el ser más que, el anular lo emocional, por lo tanto, tener una dificultad para poder expresarlo, ¿acaso es malo llorar, decir que duele, mostrarse vulnerable, débil? Masculinidad tóxica.
Deconstruir la idea de ser hombre hoy, es un camino difícil, pues no solo es la lucha interna por mostrar quien eres, por querer manifestar tu estado emocional, sino que lidiar por, según otrxs, no mostrarte tan femenino, por no parecer gay, raro. A ver ¿por qué ha de ser malo desarrollar lo femenino en un hombre? ¿Por miedo a parecer mujer, débil? ¿por miedo a perder el poder falocentrista? ¿es malo ser homosexual? Miedo a la crítica, miedo a lo diferente.
La sociedad se muestra receptiva a estos modelos solo cuando se entienden como sátira, comedia, ridiculizar ser gay, lesbiana, trans e incluso mujer en torno a estereotipos de histérica, sensible, delicada, ¿no era así en Soltera Otra Vez – Morandé con Compañía? Estamos claros que hoy la TV no educa ni informa de buena manera. El poder de las redes sociales es abismante.
Es así como debemos construir un nuevo modelo de entender nuestra masculinidad, sin sesgos políticos, espirituales ni sexuales, debemos construir nuevas masculinidades, que aporten a la construcción social en conjunto con las mujeres, de no opresión, de poder relacionarnos emocional y afectivamente con otrxs hombres sin caer en la burla. Generar espacios para repensar nuestro rol dentro de esta sociedad, ya no somos lxs únicxs proveedores del hogar, ya no solamente las mujeres están al cuidado de lxs hijxs, de mantener limpio y ordenado, no solo nosotrxs tomamos la iniciativa para invitar a salir a otra persona, hoy todxs tenemos oportunidades para hacerlo.
Seamos un aporte a este cambio de paradigma en Chile, si bien cada día hay más apertura a deconstruir los roles de género y sociales, que no decaiga la tarea de generar espacios para la discusión, la conversación y la formación de personas más conscientes de la diversidad de personas y realidades que tiene nuestro país.
Invito a todxs lxs agentes sociales, profesorxs, médicx,s abogadxs, periodistas, ingenierxs, dueñxs de casa, padres, madres, todxs a derribar estos estereotipos y roles sociales, que lo único que hacen es alejarnos más de este encuentro comunitario que estamos experimentando gracias al estallido social. Que lo comunitario y lo justo se haga costumbre. Que lo diferente tenga el espacio que merece en una sociedad y estado pluralista.