Por Catalina Olivares | @cdobleo
Foto: Catalina Olivares
Más de alguna vez habrá escuchado de lo maravilloso que puede ser viajar a la isla, o haberse tomado un mojito cubano, en algún bar de la ciudad, pensando en sus blancas arenas y cantado el inconfundible ¡Azúuucar! de Celia Cruz. Y es que Cuba se ha transformado en uno de los destinos predilectos para los chilenos y esto no es casualidad.
Situada en pleno caribe, la isla es el destino all inclusive por excelencia y uno que definitivamente debe estar en el bucket list de cualquier tipo de viajero, porque con su encanto natural y cultural, concentra una de los mayores flujos de visitantes alrededor del mundo, dejando al 2019 con cuatro millones de turistas extranjeros que recorrieron sus calles, bares, espectáculos y playas. Por eso, en #EsHoy traemos lo mejor de Cuba para que ya vayas armando la maleta.
La Habana
Si bien el paquete turístico varía por empresa de viaje, una de las mejores opciones para disfrutar totalmente la estadía, es tomar el plan Habana-Varadero, una mezcla de historia y descanso, que vale la pena recorrer.
Llegando al aeropuerto José Martí, en la capital habanera, que no le asuste si la tormenta lo arremete en la manga del avión, es la mejor bienvenida que le dará la isla a su calurosa estadía, que comenzará a unos treinta minutos de recorrido desde el aeropuerto al hotel. ¿Qué hacer allí? Comer y descansar. Tras un vuelo de seis horas desde Chile y una escala en Lima o Panamá, la mejor opción es alimentarse en el hotel o salir a los típicos “Paladares”, lugares particulares que funcionan como restaurant en distintos sectores de la ciudad. Pero como en gustos no hay nada escrito, la recomendación es probar de todo, en especial un plato de Ropa Vieja, que dejar La Habana sin comerlo, es no haberla conocido. El famoso platillo consiste en carne mechada, con salsa de tomate, verduras salteadas y papa, un must culinario de su visita, que puede acompañar con jugos tropicales, un Mojito o la típica “tuKola”, la versión cubana de la mundialmente conocida bebida cola.
Después de la primera noche en la alucinante Habana, se dará cuenta que esta ciudad no duerme y con razón, sus espectáculos nocturnos son de primera clase y de gran variedad. Pero antes de planificar la escapada nocturna, hay que impregnarse de la cultura local. En la mayoría de los lobby de los hoteles se encuentran agencias de turismo, no hay que preocuparse por cual tomar, pues son estatales y se rigen por los mismos precios.
Comenzará su recorrido por el Capitolio, igual que el de Washington, “pero más grande que el yankee” como le hará notar el guía, pasará por el Paseo del Prado, el espectacular Malecón, verá el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, bautizado por su internacionalmente conocida bailarina y la única e inconfundible Plaza de La Revolución.
Al adentrarse por sus calles, llegará a la Habana Vieja, el centro histórico más importante de su estancia. Si bien Google Maps era su amigo antes del viaje, aquí no funciona. Este polo económico, militar, social y religioso colonial tiene tantos callejones y plazas que hace falta más de un día para conocerlo. El tip es recorrer, al menos, las cuatro plazas principales, distribución única que recrea inconscientemente un museo vivo de la historia tras la conquista.
La plaza de San Francisco de Asís, antiguamente con una función comercial, dada su cercanía con el mar, mantiene a un costado de la iglesia, la figura del Caballero de París, estatua icónica de su paseo, en donde los visitantes le toman su barba, un dedo de la mano y pisan su pie para luego pedir un deseo. La Plaza Vieja, en donde encontrará diversos restaurantes y santeras que le leerán la borra del café o un habano. Posteriormente se desviará a la Plaza de la Catedral, el polo religioso de San Cristóbal de La Habana, con su catedral colonial, estilo barroco cubano. A un costado, la apetecida “Bodeguita del Medio” bar típico donde Hemingway pasó vasto tiempo, al igual que en el “Floridita”. Finalmente, la última plaza, La Plaza de Armas, centro militar en la colonia, que mantiene aún el Castillo de la Real Fuerza, El Templete, en donde la tradición dice que debe darle tres vueltas a la Ceiba, árbol típico de la zona y la estatua Carlos Manuel de Céspedes, líder independentista.
Para la noche, los espectáculos alcanzan todos los gustos y bolsillos, donde las recomendaciones más frecuentes son tres. El mundialmente conocido Tropicana, cabaret cubano con música en vivo y un sinnúmero de artistas en un escenario al aire libre, bordea los noventa mil pesos chilenos su entrada más barata y es restringido a mayores de 18 años. Una opción más asequible, pero no por ello menos buena, es el Cabaret Parisièn, una experiencia única donde por cuarenta y cinco mil pesos chilenos, aproximadamente, podrá cenar en el Hotel Nacional de Cuba, monumento histórico de la ciudad y disfrutar de un cuarteto de tenores, mientras la música clásica en piano invade su comida, para luego dirigirse al teatro del Parisièn y vivir una hora y fracción de la historia cubana entre bailes y cantos, donde terminará con clases de salsa y bachata arriba del escenario, siendo sus profesores los mismos artistas. Por última opción, La Zorra y El Cuervo, un club de Jazz cubano que todos los días tiene presentaciones de grupos reconocidos en el mundo, su entrada es una icónica cabina telefónica al más puro estilo inglés y de sus atractivos, además de la música, es su carta de cócteles.
Varadero
El balneario por excelencia de los chilenos, con una maravillosa costa de arenas blancas y aguas cristalinas, su estancia en cualquier hotel de Varadero, será una experiencia placentera. El descanso en esta zona de la isla está garantizado 24/7, piscina, playa, deportes náuticos, espectáculos nocturnos, discoteq, tiendas dentro del complejo y un buffet de gran calidad lo esperan con los brazos abiertos.
Pero si es de los aventureros que necesitan descansar, pero también conocer, cada quince minutos a media hora pasa el Panoramic Bus Tour, un bus de dos pisos que recoge pasajeros desde todos los hoteles de Varadero, para llevarlos al centro de la ciudad y recorrer sus ferias, tiendas de regalos, fábricas de chocolate y ron. El pase tiene un valor de tres mil quinientos pesos chilenos, aproximadamente, 5 CUC en moneda local y sirve durante todo el día, las veces que quiera.
El traslado desde La Habana a Varadero dura, aproximadamente, tres horas, recorrido que se detiene en el Peñón del Fraile, local ubicado a un costado de la carretera, donde aseguran beberá la mejor piña colada del país.
Tips de viaje
Antes de embarcarse a la fabulosa isla deberá tener en consideración algunos elementos, para que su estadía no se vea desfavorecida. El primero es poseer un pasaporte con vigencia no menor a seis meses antes de su llegada, comprar un seguro de viajes y la visa de entrada y salida, estas dos últimas, generalmente son vendidas o incluidas dentro del paquete de las diferentes agencias en Chile.
Lo segundo, el dinero. Lo mejor es llevar euros, dado los permanentes conflictos con Estados Unidos, en Cuba el dólar es castigado con un porcentaje de impuesto, por ello, siempre le darán menos dinero que si cambiara de euros a CUC, Peso Convertible Cubano y único válido para turistas.
Por último, la recomendación es no comprar un plan de internet antes de su viaje, en Cuba la navegación no rinde como en Chile, de hecho, su proceso de conexión es bastante engorroso. Deberá comprar una tarjeta prepago, tal cual como en los 2000, llamada ETECSA, que tendrá, dependiendo de cuál haya pagado, una duración determinada de tiempo en línea, ingresando a su web y conectándose exclusivamente en ciertos puntos de la ciudad, los hoteles en sus lobby tienen la mejor conexión. Pero no se desespere, desconectarse en el país donde el tiempo se detuvo es una ventaja incomparable para que disfrute al máximo las vacaciones.