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A un año del sismo que sacudió a la Región de Coquimbo ¿fue realmente de esa magnitud?

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A un año del sismo que sacudió a la Región de Coquimbo ¿fue realmente de esa magnitud?

La noche del sábado 19 de enero de 2019, específicamente a las 22:32 horas, quedó en la memoria de los habitantes de la Región de Coquimbo, luego que fueran testigo de un  movimiento telúrico de magnitud de  6,7 con epicentro a 13 kilómetros al Este de la localidad de Tongoy, dejando más de 200 construcciones con daños de diversa consideración.

En este contexto, serenenses y coquimbanos expresaron que este sismo lo habían sentido más fuerte que el del 2015. Por lo mismo, se asustaron y comenzaron a autoevacuar por miedo a un posible Tsunami, aunque la información fue descartada minutos después por no tener las características que generarían este tipo de evento. Pero ¿fue realmente de esta magnitud?

Según explicó Cristian Farías Vega, doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, este sismo no fue de subducción, sino que fue uno intraplaca, o sea, que se genera dentro de una placa, y no en el contacto entre dos de ellas.

El académico contó en un artículo de La Tercera que ese día “se rompió súbitamente una parte de la placa de Nazca, que es la que se subducta debajo de la placa Sudamericana. Estos sismos son poco usuales en Chile, pero suelen ser muy destructivos”.

Además, Farías puntualizó que una de las razones de que estos sismos sean más destructivos es que, “como se generan en roca que está soportando una presión muy alta y muy firme, entonces tienen una caída de tensión mayor al de un sismo de subducción”.

El mismo documento detalla que “el tamaño del sismo se mide en base al porte de esta área de ruptura, y la magnitud se calcula en función a ella. Así, un terremoto tiene una sola magnitud, porque no puede tener más de un tamaño. Lo que sí es que la ruptura no ocurre instantáneamente, sino que se va rompiendo progresivamente, y muy rápido. Cada vez que se rompe parte de ella, salen las ondas sísmicas”.

El geofísico reveló que “al comparar a un sismo intraplaca con uno interplaca (de subducción en Chile) del mismo tamaño (y magnitud), es el intraplaca el que libera más energía por tiempo. Esto lo hace más destructivo. Y el terremoto de Coquimbo fue intraplaca” y agregó que “no hay nada raro con este fenómeno, pero sí inusual”.

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