La candidatura de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral, al Premio Nobel de Literatura data de 1939, año en el que surge un movimiento de opinión, que nació en el Ecuador y que se propagó por toda América, reclamando el premio para la escritora del Valle de Elqui. La propuesta fue respaldada por la prensa de todo el continente y por las instituciones literarias de Chile y de la casi totalidad de los países americanos. Se adscriben a este llamado, las Academias de Letras oficiales, entre ellas la española.
Sin embargo, no bastaba el apoyo de las instituciones culturales de América, era indispensable cumplir ciertos requisitos exigidos por la Academia Sueca en su reglamento. En primer lugar, los académicos debían conocer al autor, por lo tanto éste debía tener obras traducidas al sueco o, por lo menos, al inglés y al francés. De modo que el camino no era fácil y ofrecía muchas dificultades porque como bien lo había señalado la propia Gabriela “el poeta es la persona literaria menos traducida en el mundo en forma de libro”, según detalla la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
La pedagoga conocía las dificultades por lo que comenzó a hacer las gestiones correspondientes, pese a todos los obstáculos, sus poemas comenzaron a ser traducidos al francés.
La irrupción de la guerra impide la aparición del libro, y frente al conflicto, la Academia decide suspender a partir de 1940 la concesión de sus premios, la que sólo se reanuda en 1944.
Finalmente en 1945, mientras trabajaba en la ciudad brasileña de Petrópolis, le informan que ha sido premiada con el Nobel. Mistral comienza sus preparativos para viajar a Suecia. La premiación se iba a realizar el 10 de diciembre y su partida había sido fijada para el día 18 de noviembre.
La acompaña en este viaje María Ana de Terra, como lo certifica el pasaporte con el cual viajan a Estocolmo. Por otro lado, Gabriela se encontraba en muy mal estado de salud. El 18 de noviembre, ambas se embarcan en el vapor Ecuador.
La ceremonia se realizaría el 10 de diciembre a las 17:00 horas en el “Konserthuset” (Palacio de la Filarmónica) de Estocolmo. Asistirían más de tres mil invitados, entre los que se contaban los miembros de la familia real, el cuerpo diplomático, el primer ministro sueco, entre otras personalidades. La entrega del premio la haría el rey Gustavo V.
Gabriela Mistral fue la primera mujer latinoamericana que recibe la distinción y murió en New York el 10 de enero de 1957. Entre sus obras se destacan Sonetos de la Muerte (1914), Desolación (1922), Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Nubes blancas y breve descripción de Chile (1934), Tala (1938), Todas íbamos a ser reinas (1938), Lagar (1954), Recados, contando a Chile (1957) y Poema de Chile (1967).