La empresa SpaceX, propiedad del multimillonario, planea poner en órbita 1.500 satélites a fines de 2020.
Por Javier Carmona Contreras | @ernestcc_
La astronomía está en alerta, luego que en mayo de este año, Elon Musk, anunciara el lanzamiento de su proyecto Starlink, con el fin de entregar conectividad global de internet, conformando un servicio de comunicaciones inalámbricas de banda ancha de alta velocidad.
Pero, lo que nunca considero este magnate de las tecnologías, es la contaminación lumínica espacial que están produciendo sus satélites en la observación de los fenómenos astrales. Es por esto, que uno de los principales afectados son los observatorios ubicados en Chile y principalmente, aquellos emplazados en la Región de Coquimbo, como es el caso del Observatorio Interamericano Cerro Tololo, quienes durante los últimos meses, han advertido que sus investigaciones son estropeadas por estos satélites que orbitan la tierra.
En este sentido, la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA), organización que administra Cerro Tololo, declaró que “hemos notado que el lanzamiento de numerosos satélites en el sistema Starlink (y otros similares) puede afectar la calidad de las observaciones disponibles desde las instalaciones astronómicas terrestres”.
Según explica la entidad en un comunicado, una de estas instalaciones, que esta en su última fase de construcción, es la que se vería más afectada por la contaminación de estos satélites, ya que el Gran Telescopio de Exploración Sinóptica (LSST por sus siglas en inglés) estará encargado de “obtener imágenes de campo amplio del cielo nocturno en 2022” el cual se está construyendo en el Cerro Pachón, de la “región estrella”.
Además, confirmaron que: “el Equipo de Ciencia del Proyecto LSST ha simulado los posibles impactos a las observaciones de LSST. Su última actualización de los resultados preliminares de noviembre de 2019 indica que (suponiendo el despliegue completo de los satélites planificados) casi todas las exposiciones dentro de las dos horas posteriores al atardecer o al amanecer tendrían una raya por los satélites”.
Asimismo, detallaron que “durante los meses de verano podría haber un impacto del 40% en el tiempo de observación del crepúsculo (menos en invierno) y la saturación de los sensores por los satélites puede continuar mucho más allá del crepúsculo astronómico”.
Contaminación lumínica espacial.
Los inconvenientes de contaminación lumínica espacial pueden seguir aumentando, pues compañías como la de Elon Musk decidieron lanzar miles de satélites al espacio para entregar internet a todo el mundo.
Cuando se comenzó a hablar de entregar banda ancha a todo el mundo por intermedio de un gran sistema satelital, ya existían reparos del mundo científico. Sin embargo, son muchos los factores que producen este tipo de contaminación: ubicación del sol, de los satélites e incluso la ubicación de los observatorios, es por esto, que se requeriría un trabajo en conjunto con operaciones detalladas para evitar las interferencias.
Estas obstrucciones se producen por el reflejo del sol en los satélites, las que quedan registradas como una raya blanca al momento de capturar las imágenes astronómicas, al igual cuando pasa un avión por el cielo. Como una alternativa, la empresa SpaceX, está viendo la posibilidad de pintar los satélites de color negro para evitar este tipo de situaciones.
Por su parte, AURA en su declaración oficial destaca los avances tecnológicos, pero, también, advierten sus riesgos “AURA reconoce el inmenso valor de estas constelaciones satelitales que aumentan el acceso mundial a Internet de alta velocidad. Como la historia nos ha enseñado, la Humanidad también se ha beneficiado de los descubrimientos de los telescopios terrestres”.
Finalmente, la entidad científica expresa su intención de trabajar con las compañías que implementan los satélites para desarrollar formas de mitigar los impactos en las observaciones astronómicas. “Esperamos tener la oportunidad de ayudar con nuestra experiencia científica y de ingeniería en el proceso de desarrollo de estándares de la industria que permita que coexistan tanto las constelaciones de satélites como la astronomía terrestre”.