Cutún, una pequeña localidad emplazada en el citado valle, en la Región de Coquimbo, pasó a ser objeto de decenas de publicaciones y titulares en 1976.
Por: Addirianni Urdaneta Ferrer | @addirianni
Foto: Cuarto Infierno
Llega la noche de Halloween, una fecha enraizada en la tradición anglosajona, pero que ha cobrado cada vez más presencia local a través de los disfraces e historias de terror. En este sentido, la Región de Coquimbo alberga numerosos misterios y leyendas en las distintas comunas, en sus antiguos edificios y en sus rincones escondidos.
Uno de los casos más emblemáticos es el de una vivienda en la localidad de Cutún, ubicada a 20 minutos de La Serena, cuando acaparó todas las miradas y las portadas de los medios cuando iniciaba el año 1976 y Nicasio Torres, un joven agricultor, se mudó junto a su esposa y su pequeña hija a una humilde casa en la localidad de Cutún, en busca de una vida plena y tranquila para los tres, a pesar de la situación que atravesaba el país en aquella época.
Sin embargo, esa tranquilidad les duró muy poco, luego de que una tarde, Torres presenciara una lluvia de piedras dentro de su casa, hecho que lo dejó perplejo, por lo que decidió acudir a su vecino, Gabriel Orrego, para contarle lo que estaba sucediendo, pero este no le creyó y pensó que se encontraba muy estresado y le recomendó descansar, pidiéndole que mejor hablaran al día siguiente.
Nicasio siguió acudiendo a casa de su vecino sin recibir alguna respuesta satisfactoria para él, hasta que, finalmente, Gabriel decidió dirigirse a la casa para demostrarle que solo era parte de su imaginación y su estrés. Acompañado de su sobrino, Ángel Orrego y un amigo conocido como Gabriel Rojo, el vecino presenció que todo estaba en absoluta normalidad por lo que decidió retirarse del lugar, pero antes de eso, Rojo salió de la casa y quiso beber agua desde el pozo en la parte posterior. Fue allí cuando se percató de que una piedra entró desde afuera hacia la casa y otra le cayó en el hombro y no muy convencido de lo que estaba ocurriendo, le contó a los demás, por lo que se quedaron en la casa para ver que más sucedía. Pero, llegó la noche, momento en que fueron testigos de un hecho escalofriante, pues vieron como un muñeco se lanzó encima de la hija de Nicasio, quien estaba en brazos de su madre y, posteriormente, se fue brincando por la puerta.
Más fenómenos
Los hechos se intensificaban al llegar las 23:55, donde una voz anónima citaba a Nicasio Cortés al cerro Tucún, quien, claramente, no quería asistir por temor y los días siguientes, la voz se identificó como su abuelo fallecido para convencerlo, sin embargo, él nunca accedió a ir al cerro.
Muchos de los testigos también cuentan sobre la presencia de un hombre de tés muy pálida, con capa negra y ojos rojos que caminaba en el aire. No obstante, jamás se supo si se trataba de alguien del pueblo o alguna psicosis colectiva.
Rol de los medios
Fue tanto el furor causado por la extrañeza de los hechos que rápidamente dio de que hablar tanto a nivel local, como nacional. Tanto así que diversos medios de comunicación como Diario El Día, se dirigieron al lugar para tener mayor cobertura de los acontecimientos y para comprobar los y, sin duda, también presenciaron los fenómenos paranormales, por lo que tomaron registro de ello y todo quedó plasmado en varios reportajes publicados por el diario local.
¿Qué pasó después?
A la vivienda acudieron todo tipo de personajes, desde espiritistas que buscaban comunicarse con entes del más allá, hasta ingenieros que atribuían los fenómenos al viento y los movimientos de tierra. Hubo un momento en el que decenas de personas se reunían en el lugar, hasta que un día un grupo de militares acudía a la casa para llevárselos detenidos a todos, ya que en aquella época estaba restringido el derecho a reunión.
Lo último que se supo sobre Nicasio Cortés y su familia, fue que se mudaron a Copiapó, donde no volvieron a ser testigos de hechos paranormales y que, actualmente, gozan de un buen pasar económico y familiar. En cuanto a la casa, esta se perdió en el desierto y, hasta el día de hoy, nadie ha logrado obtener una explicación lógica de lo sucedido.